El ‘chico malo’ que ha conquistado a la afición del Salamanca
El Puma Chávez aterrizó en verano con la vitola de jugador explosivo dentro y fuera del campo con un historial de indisciplinas que ha aparcado en el Salamanca a base de goles y de carisma. Es una de las esperanzas para esta segunda fase
El delantero mexicano del Salamanca, Puma Chávez, a su llegada en octubre fue claro con lo que buscaba en tierras salmantinas que no era otra cosa que dejar atrás los episodios de indisciplina que traía del fútbol mexicano y reivindicarse como futbolista. “Todo lo que han dicho de mí me motiva y me da más fuerza y seguridad para hacerlo bien en el Salamanca. Vengo aquí con todo para ganarme el puesto”, indicaba ‘El Puma’ el 5 de octubre en su presentación oficial como futbolista del Salamanca.
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El delantero llegó a España en busca de una segunda oportunidad después de que unos problemas de indisciplina en el Necaxa mexicano forzaran su salida precipitada. Y, de momento, en el Salamanca ha encandilado al aficionado con su entrega, su carisma y sus goles. Su cartel de estrella no le ha pesado (es el futbolista más valorado del fútbol salmantino según la web especializada Transfermarkt con un valor de 800.000 euros).
Ahora es además una de las esperanzas par la segunda fase ya que supone la amenaza goleadora del conjunto de Lolo Escobar con cuatro dianas.
Una de sus frases más escuchadas en los entrenamientos y en el día a día es la de “feliz 24/7 (24 horas y siete días a la semana)”.
Nada perturba su armonía emocional en esta nueva etapa personal y eso que vive en Salamanca alejado de sus dos hijas Isabella y Pamela, cuyos nombres tiene en el mar de tatuajes que decoran su piel. Tiene 25 años y no ha tenido una vida fácil ni convencional. Nació en Veracruz, uno de los estados con más violencia en México. En concreto, los orígenes del Puma Chávez datan de la colonia Río Medio donde la banda sonora cotidiana la conforman la inseguridad y el tráfico de drogas. El Puma Chávez es una de esas historias de futbolistas de barrios humildes y desfavorecidos que con el talento con el balón pueden esquivar los estragos de la vida para triunfar en otro escenario social gracias al fútbol. Chávez hizo ese camino hasta que llegó a Primera División en México aunque su comportamiento extradeportivo frenó una prometedora carrera en el fútbol azteca.
Ahora vive en Salamanca con ganas de reivindicarse y de hacer olvidar su pasado. Su personalidad arrolladora no ha pasado desapercibida en el Salamanca ya que le pone ‘salsa’ al vestuario salmantino. Domina la música en el vestidor o camerino, como se conoce al vestuario en algunas zonas de México, con música de todos los estilos pero con ese aire ‘caribeño’ que sopla siempre alrededor de él.
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Por su estilo comparte mucho tiempo con los jugadores colombianos Anderson Arroyo y Juancho López. Con éste último se le puede ver en sus aventuras narradas en sus redes sociales.
El Puma vino para hacer propósito de enmienda y hasta la fecha en el campo ha demostrado que tiene fútbol para rato.
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