Juan del Álamo está listo para San Fermín

Juan del Álamo volvió a torear ayer en un tentadero, en la finca de Sepúlveda de Yeltes, tras la grave cornada que sufrió el pasado 18 de junio en Colmenar Viejo (Madrid) y reaparecerá este sábado en Pamplona, apenas 20 días después del percance.

Lo hará aún con las casi 40 grapas puestas que aún ayudan a cicatrizar la herida en la parte posterior del muslo izquierdo, tal y como se lo han aconsejado los médicos para evitar que se abra la herida con los esfuerzos que requiere una corrida de toros.

La prueba de ayer resultó altamente satisfactoria y positiva, ya que el mirobrigense, ante las dos vacas que le encerró el ganadero Íñigo Sánchez-Urbina, se encontró «muy bien», según puntualizó el propio diestro una vez que terminó el tentadero: «He tenido las lógicas molestias, la tirantez aún de las grapas, pero a nivel muscular muy bien, me ha sorprendido gratamente, mucho mejor de lo que esperaba, en los giros, al correr para atrás...». Hoy mismo volverá al campo, le espera un nuevo tentadero, esta vez en la finca abulense de Monte Valdetiétar en Lanzahíta, donde se seleccionan y crían las reses de la ganadería de José Escolar, la misma con la que reaparecerá este sábado en la feria de San Fermín de Pamplona. Un festejo en el que hará el paseíllo junto a Fernando Robleño y Borja Jiménez y que será televisado por Toros TV (18:30 horas).

«Las vacas han salido muy buenas, me han dejado hacer de todo, he podido torear en quites y me he podido emplear a fondo con ellas. Ha sido fantástico», explicaba Juan del Álamo tras esta nueva toma de contacto con los animales con la que ya quiere dar carpetazo al sufrimiento y a la incertidumbre de la última veintena de días.

«Una vez que me dieron el alta hospitalaria me he ido encontrando cada vez mejor. Las sesiones en el fisio han sido muy duras y constantes, a diario, para tratar de contrarestar los fuertes dolores que tenía en la espalda (fruto de la brutal caída que sufrió en el momento del percance) pero poco a poco he ido notando la evolución y una gran mejoría», apuntaba el diestro, que desde el primer momento se marcó la meta de este sábado para volver a los ruedos. Y así lo va a hacer.

Sobre su rápida recuperación, el propio Juan del Álamo matizaba que se debe fundamentalmente a que está muy preparado físicamente: «No hay milagros ni creo que los toreros seamos de otra pasta como se suele decir, sino que sí es cierto que estamos muy preparados y eso, sin duda, ayuda mucho a la recuperación», explicada el torero de Ciudad Rodrigo. Su obsesión desde hace más de un mes es Pamplona, donde su nombre vuelve a aparecer en los carteles de San Fermín, plaza y feria que se alza como lo que él define como «el gran reto de la temporada. Es mi baza. Todas mis ilusiones están centradas en esa tarde y por nada del mundo me la podía perder».

Después de las buenas sensaciones que ha vivido en sus actuaciones en la Copa Chenel, donde quedó segundo en el certamen, sin duda es Pamplona la plaza que le quita el sueño. «He toreado allí más tardes, y se lo difícil que es. Muchas veces dicen que allí gustan los alardes y el tremendismo, pero lo cierto es que es una plaza de primera y allí hay que hacerlo todo muy de verdad. Allí no todos triunfan. Es cierto que me quita el sueño desde el mismo día en el que me vi anunciado, pero también me ilusiona. Es una oportunidad de oro».

Allí se las verá con un encierro de José Escolar, ganadería a la que nunca se ha enfrentado en su carrera: «Es una ganadería a la que hay que ponerle mucho, dejarle llegar mucho la muleta. Hay toros que rompen, y es cierto que cuando le tragas en ese momento es cuando para bien o para mal se definen. Para eso hay que ponerse en ese sitio que es tan complicado. Poniéndote ahí, poniéndole toda la fe, pueden servir. La de Escolar es la que tengo y es la mejor. Hay que mentalizarse que es la mejor (repite). Y otra cosa está clara, en esa ganadería también embisten toros muy bien, como se pudo ver en la corrida de San Isidro en Madrid, y uno, estando fuerte, preparado y con las ideas claras, los toros embisten más».

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