La acusada llega al juicio en la Audiencia Provincial. LA GACETA

El juicio por el burdel chino de la avenida de Portugal echa a andar con la principal implicada en rebeldía y los otros dos desvinculándose del negocio

L.G. y J.A.D. se desmarcan de la casa de mancebía y atribuyen la gestión íntegra a la mujer fugada. La Fiscalía pide una pena para cada uno de 18 años de prisión

M. C.

Salamanca

Miércoles, 19 de noviembre 2025, 13:35

El juicio por el burdel chino de la avenida de Portugal ha echado a andar este miércoles en la Audiencia Provincial de Salamanca con la principal acusada aún en rebeldía. En el banquillo se sientan los otros dos procesados -L.G., una mujer de nacionalidad china, y J.A.D., vecino de Salamanca- para quienes la Fiscalía pide 18 años de prisión a cada uno por delitos de trata de seres humanos con fines de explotación sexual y favorecimiento de la prostitución ajena.

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Según la acusación, ambos habrían colaborado en el mantenimiento del piso en el que, presuntamente, varias mujeres eran explotadas y tratadas como «mercancía». Los dos han negado cualquier implicación.

L.G., que ha declarado con intérprete y solo ha respondido a su defensa, ha asegurado que contactó con la principal acusada a través de WeChat -WhatsApp chino- y que le ofrecieron un trabajo por 2.500 euros al mes «en una tienda», no en un prostíbulo. Ha afirmado que las mujeres -todas de nacionalidad china- «sabían que iban a trabajar en un prostíbulo» y sostuvo que era la mujer en rebeldía quien marcaba todas las instrucciones. Dijo que ella desconocía lo que pasaba en las habitaciones: «La puerta estaba cerrada». Ha explicado que los clientes pagaban por Bizum, transferencia o efectivo y ha negado haber limitado la salida de las mujeres, aunque ha admitido que la otra implicada le pidió que solo las dejara salir una hora.

El segundo acusado, J.A.D., sí ha respondido a todas las partes. Ha confirmado que en esos momentos era pareja de la principal implicada y que conocía el piso, pero ha insistido en que ignoraba a qué se dedicaba allí su pareja. «Yo no me metía en sus asuntos, igual que ella no se metía en los míos», ha declarado. Ha negado haber recogido dinero del negocio y ha dicho no saber nada sobre la droga hallada en el piso.

Ha reconocido haber instalado cámaras y reparado cerraduras o electrodomésticos, justificándolo como simples favores: «Igual que puedo ayudar a mi padre o a mi hermano». Admitió que tiempo atrás conocía el piso «como cliente», pero aseguró que nunca participó en la actividad de la que ahora se le acusa. También ha rechazado como suyas las anotaciones contables encontradas en su domicilio referentes al negocio de la prostitución.

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Ha dicho que en alguna ocasión fue a buscar a una de las mujeres, pero que su pareja «no le contó» a qué iba a dedicarse. «No he tocado las drogas en mi vida», ha afirmado, desvinculándose de los estupefacientes incautados en el piso. Ha añadido que siempre tuvo su propia cuenta bancaria y que «ni siquiera entiende el chino». Sobre un episodio ocurrido en 2021 en el que fue sorprendido por la Policía con dos mujeres chinas, ha explicado que: «Iban a vacunarse, estábamos en pandemia».

«Nunca he colaborado en el negocio, he estado siempre centrado en mi trabajo, que es lo más importante que tengo», ha concluido.

El juicio continúa con las declaraciones de testigos protegidos, peritos y el resto de pruebas previstas.

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