«Un toro me llevó por delante, pero entré con él hasta la plaza...»
Óscar Hernández, Fran García o José Luis Barabino son algunos de los salmantinos que no se pierden las fiestas en honor a San Fermín en Pamplona o que corren los encierros: «Es una experiencia inolvidable»
Los tradicionales encierros de San Fermín han vuelto a las calles de Pamplona un año más. Miles de curiosos, procedentes de diversas partes de España e incluso de otros países, se acercan a la capital navarra para vivir en primera persona estas famosas fiestas. No se quedan atrás los salmantinos que visitan Pamplona para celebrar a su patrón, para cantar el «A San Fermín pedimos», vivir el conocido chupinazo y, los más valientes, para correr junto a los toros por las rúas pamplonesas.
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Óscar Hernández es uno de los salmantinos que ha acudido a vivir esta experiencia por primera vez junto a sus amigos. «Nosotros llegamos el día del chupinazo. Pensábamos que íbamos a poder acceder con más facilidad al centro, pero ya desde la Plaza del Castillo no se podía ni pasar», reconoce este joven, afirmando que lo asemeja a cuando se celebran conciertos en las Ferias de Salamanca y la Plaza Mayor salmantina se colapsa de público, «pero en Pamplona con el doble de gente». Como destaca, uno de los aspectos que más le ha impresionado es el buen ambiente que hay. «La gente y las peñas de allí no buscan malos rollos, la mayoría de gente es familiar», cuenta este salmantino, que afirma que tanto él como sus amigos tienen pensado repetir en los sanfermines ya que «le damos un diez a estas fiestas».
Aunque Óscar y sus amigos no han corrido los encierros, otros salmantinos como José Luis Barabino sí que lo han hecho, y no como novatos. Este año este charro y sus amigos han pisado tierras navarras para correr, no por primera vez, los encierros y «cada año disfrutando mucho más». «Para mí es una experiencia inolvidable porque tener un toro bravo al lado y que puedas estar corriendo es una experiencia que no se olvida. Son momentos únicos, inolvidables», reconoce José Luis, quien este miércoles tuvo un pequeño susto en la plaza de toros, en la que un toro le pilló. «No fue nada, me llevó por delante pero estoy bien. Conseguí entrar con él hasta la plaza, eso es un orgullo», reconoce.
Uno de sus amigos, Daniel García, ha vivido este año por primera vez las fiestas pamplonesas y tampoco ha dudado en correr los encierros. «El primer año sirve para ir conociendo un poco las cosas y conocer el recorrido. Venir la primera vez me ha dado mucho respeto y conseguir correr y que no te pase nada, es algo positivo. He tenido la suerte de tener un toro cerca y es una sensación muy bonita», explica.
No se queda atrás uno de sus compañeros, Fran García, que lleva corriendo en San Fermín desde 2019. «Para mí es un sentimiento, es una pasión ya de hace muchos años. Desde pequeño siempre tuve el sueño de poder correr en Pamplona y ahora, después de varios años, ya lo hago con más confianza», explica, afirmando que cada vez esta tarea se vuelve más complicada por la masificación de gente que sufren estas fiestas.
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Elena es otra de las salmantinas que ha asistido a San Fermín por segundo año consecutivo y aunque no se atreve a correr los encierros, reconoce que el ambiente festivo que hay es «muy bueno».«Nosotras solemos ir siempre que podemos a la plaza de toros cuando acaba el encierro. Luego allí ponen música y sigue la fiesta. Lo bueno de aquí es que el ambiente está en la calle, las discotecas suben la música para que se escuche en la calle y no se meta todo el mundo en los bares», explica.
No todos van a Pamplona por ocio, sino que algunos también asisten a trabajar. Este año, Emilio Muriel cumple cuatro años trabajando en San Fermín en un bar al lado de la plaza de toros. «Ha sido brutal la cantidad de gente que ha habido, sobre todo por la noche, que es cuando no se para. Se ve mucha gente española pero también de fuera», explica.
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