Imagen de la plaza del Oeste, centro neurálgico del barrio, desde la que se pueden ver algunas de sus pinturas en las fachadas. ALMEIDA
EL BARRIO DE MI VIDA

Un punto estratégico dentro de la ciudad: «Mientras los jóvenes residan aquí, este es su barrio»

La galería urbana en la que se convierten las calles del barrio del Oeste para llamar la atención del turista convive con los negocios de toda la vida

Alejandro Sardón

Salamanca

Miércoles, 20 de agosto 2025, 16:57

Un punto intermedio y estratégico dentro de Salamanca. Con un vecindario diverso, de todas las edades. Una zona en la que los establecimientos de siempre conviven con el auge del turismo propulsado por la galería urbana en la que se va convirtiendo. El barrio del Oeste forma parte de la vida de muchos salmantinos.

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Esta es la definición aproximada que hacen desde la Asociación de Vecinos Zoes del barrio al que representan. Su presidenta, Inmaculada Cid, y el artista Felipe Piñuela —vinculado también a la Asociación— consideran que es un barrio determinado por su configuración urbanística y su ubicación: «Destaca por estar cerca del centro y por su alta densidad urbanística, sin apenas espacios para parques ni jardines», expone Inmaculada. Un barrio en el que conviven personas mayores y estudiantes universitarios, «una relación lógica y normal», aunque les gustaría que los jóvenes no se sintieran de paso: «Mientras los jóvenes residen aquí, este es su barrio».

Todo ello lo conocen muy bien los negocios que llevan décadas creciendo con el barrio del Oeste. Es el caso del establecimiento de bicicletas que regenta desde hace un cuarto de siglo David González en la calle Vitigudino. Sin embargo, la empresa nació mucho antes, en 1941. La fundaron los jefes de su padre, quien comenzó a trabajar en la tienda con 14 años, y después David ha seguido con el negocio.

«Prefiero el trato de tú a tú, ofrecer cosas que sean buenas, las que yo compraría. No vendo aquello que no me gusta», confiesa González. Aunque no es frecuente tener siempre a los mismos clientes en un taller y espacio de venta de bicicletas, asegura que en este tipo de negocio también hay gente que acude recurrentemente: «Son aquellos que utilizan la bici todo el año y están atentos a su mantenimiento».

Eso sí, no todo son buenas noticias. La competencia que suponen las tecnologías y las grandes superficies hace mella en el comercio local. «Hay personas que preguntan por el producto, se lo enseñas, se lo explicas, le gusta y luego lo pide por internet», comenta molesto David. Sin embargo, intenta revertir la situación: «Este año he montado 40 bicicletas que se compraron online. Aunque las piezas no sean de aquí, todo lo que entra por esa puerta es trabajo».

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Entre las anécdotas que ha vivido detrás del mostrador, David González recuerda las más divertidas, como la ocasión en la que una clienta entró buscando una pieza nueva para arreglar la lavadora: «La mujer me decía que si esto era un taller, podría repararla». También las innumerables situaciones en las que le han preguntado si vende bicicletas cuando el local está lleno de ellas.

Apenas a 200 metros, en la Avenida de Italia, se encuentra la tienda de iluminación de Claudino Hernández. Tanto la empresa como ese establecimiento en particular nacieron a finales de los 70 en la que, a pesar de la jubilación, Claudino sigue al pie del cañón junto con sus hijos. «Somos el único negocio que queda en toda la ciudad especializado en iluminación», presume Hernández.

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El cliente que acude es «el de toda la vida». Del barrio y de otras zonas de la ciudad. «Hay vecinos que fallecen, pero sus hijos siguen viniendo porque tienen esa confianza de que van a encontrar lo que buscan», asegura el dueño. Claudino cuenta como anécdota lo que ocurría al inicio del curso escolar décadas atrás y que explica el gran cambio que se ha producido en las formas de consumo: «Venían estudiantes en septiembre y podía vender más de 2.000 flexos y 5.000 bombillas azules, eso ya hace tiempo que no sucede».

Otros ejemplos de negocios que permanecen y avanzan junto a las transformaciones que vive el barrio y la sociedad salmantina.

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