El hispanista salmantino, Gregorio Cervantes Martín, en la Plaza Mayor, uno de los lugares favoritos de sus estudiantes americanos. ALMEIDA

«Fui uno de los pioneros en traer estudiantes americanos»

Gregorio Cervantes, profesor en Estados Unidos junto a Víctor García de la Concha, pensó que, para aprender español, debía vivirse en Salamanca, no solo estudiarse en los libros

M. B.

Salamanca

Jueves, 23 de octubre 2025, 06:00

El hispanista Gregorio Cervantes Martín, natural de Villagordo, comarca de Vitigudino, fue uno de los primeros profesores en llevar a cabo programas de intercambio académico entre universidades de Estados Unidos y la ciudad de Salamanca. A lo largo de más de cuatro décadas, trajo a cientos de jóvenes norteamericanos para estudiar español y descubrir la cultura salmantina.

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Gregorio nació en la provincia de Salamanca y cursó sus primeros estudios en el Instituto Fray Luis de León, antes de partir hacia Estados Unidos, donde realizó su máster y doctorado en la Universidad de Pittsburgh. Su fascinación por el acceso al conocimiento nació, según recuerda, de una curiosa experiencia juvenil: en su instituto, los libros permanecían bajo llave, sin usarse; en cambio al llegar a Pittsburgh, se encontró con estanterías infinitas de volúmenes: «Me fui a Pittsburgh, donde hice el máster y el doctorado. Lo que más me impresionó fue la biblioteca: miles de libros encuadernados en piel, todos sobre España. En mi instituto, en cambio, los libros estaban encerrados bajo llave y nadie los usaba. Aquello me marcó profundamente».

En Estados Unidos fue profesor de Literatura Española y Latinoamericana, además de Historia. Más tarde trabajó también en Brasil, donde descubrió un manuscrito inédito de Lope de Vega, hallazgo que le valió el reconocimiento académico en España , como se puede leer en una entrevista publicada en La Gaceta de Salamanca de 1985. Pero su mayor legado está en la relación entre Salamanca y América. Desde principios de los años setenta, Cervantes comenzó a traer grupos de estudiantes estadounidenses a los cursos de verano de la Universidad de Salamanca: «En torno a 1973. Yo veía necesario que los estudiantes de español tuvieran una experiencia real en el país. Así que organizábamos cursos de verano en los que convivían con estudiantes españoles en residencias universitarias».

De este modo, durante más de cuarenta años, organizó programas en los que los estudiantes norteamericanos convivían con jóvenes españoles en residencias universitarias, creando una auténtica experiencia de intercambio cultural: «Fui uno de los pioneros junto a Víctor García de la Concha», reconoce con orgullo. También fue buen amigo de Carmen Martín Gaite, a la que admira y señala: «Es una escritora que se merece todos los reconocimientos del mundo».

La labor de este hispanista permitió que más de 900 alumnos, procedentes de diversas universidades americanas, pasaran por Salamanca hasta su jubilación en 2015. Algunos de ellos llegaron a ser profesores en Harvard o empresarios de éxito, y muchos regresaron años después a la ciudad que marcó sus veranos universitarios: «Muchos de mis estudiantes se enamoraron de Salamanca y volvieron años después con sus familias. Algunos se convirtieron en profesores en universidades como Harvard, otros en empresarios. Siempre recuerdan con cariño aquellos veranos».

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Actualmente, sigue vinculado a la investigación. Trabaja en un estudio sobre la prensa española del siglo XIX y la censura durante el reinado de Fernando VII.

Este docente, descubridor de joyas literarias, encarna el puente cultural entre Salamanca y América, un lazo que él mismo ayudó a tejer desde los años setenta: «Ver que aquello que empezó casi como una aventura, hoy es una tradición consolidada, es una gran satisfacción».

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