Pasión por la tradición: la salmantina que crea trajes charros para sus muñecas
Carmen Ramos ha iniciado una colección de charras en miniatura a las que les crea la vestimenta con todo lujo de detalles
Salamanca
Lunes, 25 de agosto 2025, 07:00
Todo empezó hace cinco años. Habían cerrado una mercería en un barrio cercano a la casa de Carmen Ramos y una amiga le dijo que estaban regalando todo el material que les quedaban. «Se ve que les quedaron muchas muñecas y mi amiga me trajo algunas. Ahí se me ocurrió la idea de hacerles sus propios trajes charros», relata la salmantina.
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Así, Carmen empezó con esta afición a la que, poco a poco, ha ido sumando muñecas ataviadas con sus vestimentas típicas. «Son trajes charros al detalle. Con sus enaguas, pololos, calcetines, zapatos, faltriquera, manteo, pañuelos... todo. Los hago con mucho mimo y paciencia para que queden bien. Tengo la muñeca con el traje de la Sierra, la que se va a casar, la de la charra rica, que usa colores más vivos. Todas con sus trajes hechos a mano. Es una forma de entretenerme», relata Carmen cuya pasión por la cultura charra y la costura no se limita solo a su colección de muñecas.
«Mis hijos desde que nacieron ya tenían sus trajes charros. Tengo guardadas prendas y prendas de ropa charra para todas las edades. Desde bebés hasta adultos. Luego me vinieron las nietas y sumé también los trajes de mujer de distintos tamaños porque antes solo tenía de adulta. Podría montar una tienda con todo lo que tengo«, bromea. »Todos los años nos vestimos para la ofrenda floral. A veces las nietas me dicen: abuela, ¿este año me puedo vestir de charra típica o de la Sierra? Y yo les digo que de lo que quieran porque tengo de todo y de todos los tamaños, y si no lo tengo lo hago», añade la salmantina que, resalta, jamás ha considerado comerciar con los trajes. «No me imagino venderlos. Son muy especiales para mí», apunta.
Actualmente, Carmen tienen en su colección ocho muñecas charras, siete niñas y un niño, y está trabajando en una novena.
De esta manera, a través de las muñecas, los trajes típicos y la diversión, Carmen transmite la cultura tradicional a sus nietos. «A ellos les encanta. Los días que nos vestimos vamos todos corriendo de un lado al otro. Porque entre los cinco nietos, los hijos, las nueras y los amigos no entramos en la casa. Yo saco los trajes y voy vistiendo a los nietos mientras que una de mis nueras se encarga de peinar a las niñas. Luego, cuando ya todos están listos, me visto yo», relata Carmen que desde hace varios años repite vestimenta.
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«Siempre voy con el traje más sencillo. Una amiga me dice: tú con tantos trajes bonitos y vienes a ponerte el más feo. Pero yo lo que más disfruto es que ver a la familia toda unida en torno a la tradición. Que los trajes más elaborados se los pongan las nietas o las nueras. Yo ya los he usado muchos», concluye.
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