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El Paraninfo revive las risas de los antiguos alumnos cuatro décadas después

Las promociones de los 80 y 90 revivieron los recuerdos en un acto entrañable en el histórico espacio de la Universidad de Salamanca

Hannah Cordero Félez y Laura Lamas Castro

Salamanca

Martes, 11 de noviembre 2025, 13:20

Hay momentos que son únicos. El viejo Paraninfo de la Universidad de Salamanca. Entre los bancos, las voces de generaciones que llevaban décadas sin verse, risas que sonaban a 1985, abrazos que sabían a reencuentro, miradas que buscaban reconocerse entre las arrugas del tiempo.

Treinta, treinta y cinco, cuarenta años. Detrás de esos números hay historias que se cruzaron en los pasillos de Derecho, en las escaleras de Psicología o en las cafeterías de las facultades. Recuerdos de noches eternas en la biblioteca, cafés que se alargaban hasta el cierre y partidas improvisadas de mus entre clase y clase.

Este sábado, casi cuatrocientas personas volvieron para celebrar que el tiempo pasa, pero la universidad queda.

El acto, organizado por Alumni-USAL, reunió a antiguos estudiantes que se graduaron hace tres, tres y media y cuatro décadas. Lo que empezó hace años como una celebración de bodas de plata y oro se ha convertido en una cita múltiple y esperada, con reencuentros que van desde los cinco hasta los sesenta años.

“Esto lleva un año de trabajo, pero ver el Paraninfo así lo compensa”, cuentan Rosa Hernández y Juan José Díez, miembros de Alumni-USAL. “Hay que recopilar datos, enviar cartas, correos, hacer llamadas, promocionar en redes... Es un trabajo largo, pero cuando ves a 400 personas aquí, merece la pena”, añade José.

Ambos destacan lo difícil que resulta localizar a todos esos exalumnos. “En aquella época no había móviles y muchos no tenían ni correo electrónico. Todo se mueve gracias al boca a boca y a los más de 52.000 socios de Alumni-USAL, que son quienes mantienen viva esta red”, subrayan.

Una cita con la memoria

El Paraninfo, testigo de siglos de historia, acogió el acto con discursos, aplausos y alguna lágrima contenida. Intervinieron el vicerrector de Economía, Javier González Benito, y el vicepresidente de Alumni-USAL, Román Álvarez Rodríguez, que agradeció al Ayuntamiento su apoyo.

Durante la ceremonia se escucharon también palabras del psicólogo Félix López, que habló de nostalgia, presente y futuro. A su vez, el fisioterapeuta José Ignacio invitó a todos a “mirar la orla al salir, para recordar lo que fuimos y lo que somos”.

Y entre discurso y discurso, un vídeo proyectado en la gran pantalla hizo viajar a todos a los años 80 y 90: Queen, Joaquín Sabina, Alaska, Verano Azul... una banda sonora compartida por generaciones enteras.

De Nueva York al reloj de la Plaza Mayor

Pero el verdadero corazón del reencuentro estuvo en el público. Entre los asistentes había alumnas de Psicología que no podían disimular la emoción: “Al volver tantos años atrás se siente ilusión, emoción, ganas de reencontrarnos con amigas. Cada una vive en un sitio distinto y no nos vemos tanto como quisiéramos. Este reencuentro lo esperábamos con muchas ganas”.

Recordaban los bares a los que solían ir –el Paniagua, El Submarino o El Puerto de Chus–, las fiestas de la facultad y los viajes de fin de carrera. “Nuestra promoción fue la que empezó con las uvas de la Nochevieja universitaria, aunque digan que la tradición vino después”, decían riendo.

Unos desde Nueva York o Alemania. Otros desde Pamplona, Bilbao o Madrid. También llegaron a la ciudad salmantina varias antiguas alumnas de Pedagogía del 95. “Llegué antes de ayer a Madrid y esta mañana a Salamanca”, contaba una de ellas. “Yo me he cogido mi Alvia sin hijos, sin marido, ni nada, y qué maravilla”, decía otra entre risas.

Todas coinciden en que los años universitarios fueron los mejores de su vida. “La sensación de volver es familiar. Ha pasado mucho tiempo, pero algo sigue aquí. Nosotras hemos quedado debajo del reloj, como hacíamos entonces”, contaban de forma unánime.

La jornada tuvo algo mágico. Los mismos pasillos que antes olían a tiza y café empezaron a oler a reencuentro.

El vicerrector cerró el acto recordando que “la Universidad sigue siendo un centro de generación de conocimiento, un lugar donde compartir y comentar ideas”. Y entre aplausos, sonrisas y algún suspiro, el Paraninfo volvió a escuchar el himno universitario, el mismo que hace cuarenta años marcaba el final de una etapa y, sin saberlo, el inicio de un vínculo que hoy sigue intacto.

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