El obispo de Salamanca condena la violencia y defiende la acogida de migrantes ante los incidentes de Torre Pacheco
Retana invita a la comunidad diocesana a rechazar con firmeza cualquier forma de odio
En un contundente comunicado, el obispo de Salamanca, José Luis Retana, ha alzado la voz ante los recientes episodios de violencia y los discursos de odio dirigidos contra personas migrantes en Torre Pacheco (Murcia) y otros puntos del país. El prelado ha hecho un llamamiento a la comunidad cristiana y a la sociedad en su conjunto para rechazar «con firmeza cualquier forma de odio», combatiendo los prejuicios y promoviendo la dignidad de todas las personas.
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La intervención de Retana se suma a las múltiples voces que, desde la Iglesia y el ámbito civil, han expresado su alarma por la escalada de tensión en la localidad murciana, donde mensajes xenófobos en redes sociales han derivado en enfrentamientos entre vecinos y migrantes. «Nos duele profundamente que incluso estén pidiendo una expulsión generalizada», lamenta el obispo, quien alerta del riesgo de normalizar discursos que incitan al enfrentamiento social.
Desde la diócesis salmantina se subraya el papel clave que desempeñan los migrantes en la provincia, especialmente en el cuidado de personas mayores y en sectores como la hostelería o el medio rural. «Asumen trabajos que muchas veces no estamos dispuestos a realizar los autóctonos», reconoce el obispo, quien pide un «agradecimiento expresado en forma de acogida incondicional».
Retana también ha querido destacar cómo la presencia migrante revitaliza la vida parroquial: «Basta mirar los grupos de catequesis y la participación en la Eucaristía para comprobarlo». En este sentido, ha instado a las comunidades cristianas a «no darse vacaciones en la acogida» y a construir espacios de convivencia reales, especialmente durante el verano.
El comunicado concluye recordando las palabras de Jesús recogidas en el Evangelio de Mateo: «Fui forastero y me hospedasteis», como guía frente a la intolerancia y el miedo. Para el obispo de Salamanca, este es un tiempo para «mantenernos vigilantes», combatir los bulos y alejarse de todo aquello que alimente la xenofobia. Una llamada, en definitiva, a que la fe se traduzca en gestos concretos de respeto y hospitalidad.
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