Los mejores de la PAU: «Después de mi horario no abría un libro»
Algunos alumnos han demostrado que, con organización y confianza, es posible destacar incluso en tiempos de transición
La nueva PAU ha llegado para quedarse, y con ella una generación de estudiantes que, al menos en el caso de los mejores, no han notado el cambio. Salamanca ha sido testigo del esfuerzo, la constancia y también del equilibrio personal de quienes han alcanzado las notas más altas en esta convocatoria y una de las excepciones a nivel nacional en el que crecieron las notas.
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Aunque el curso ha estado marcado por la incertidumbre —al no contar con exámenes de referencia previos—, varios alumnos han demostrado que, con organización y confianza, es posible destacar incluso en tiempos de transición.
Iker Somoza Blanco obtuvo una nota de acceso de 13,845, con un 9,945 sobre 10 en la fase general. «Son fallitos pequeños los que descuentan, pero estoy contento con mi nota», explica. Estudiará Matemáticas en Salamanca, y lo tiene claro: el equilibrio fue la clave. «Durante los días de estudio no paré de hacer deporte, porque si no hago deporte, no soy persona».
También María Teresa Sancho Santos rozó la perfección. Con un 9,99 en la fase general, la mejor nota de todo el distrito, y un global de 13,91, ha conseguido plaza en Medicina. A pesar de que se define como perfeccionista, no le molestó quedarse a una décima perdida en inglés del 10: «Estoy muy contenta». Su rutina era firme pero flexible: «A partir de las ocho de la tarde no abría un libro. Veía una serie o hablaba con mis amigas. Si te organizas, se puede hacer de todo». Paula Castro, que ha logrado un 9,8, estudiará Nutrición y Dietética en la Pontificia. «No me esperaba sacar tan buena nota, pero lo he conseguido. Fui relajada y estudié durante todo el año».
Desde Zamora, Jimena Bartolomé ha obtenido un 13,654, lo que le ha permitido acceder sin problemas a Ingeniería Aeroespacial en León, cuya nota de corte fue de 12,669. Reconoce que el nuevo modelo trajo cambios en los temarios y menos optatividad, pero valora cómo se gestionó desde su colegio: «Ha sido una PAU asequible. La clave fue la constancia y el repaso».
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En Béjar, María Moreno alcanzó un 9,4 y destaca la preparación recibida en su centro como fundamental. «Iba muy tranquila, y eso creo que me ayudó. Donde quería entrar no requería nota de corte, pero llegamos muy bien preparados».
Cinco estudiantes, cinco trayectorias que muestran que la excelencia no reside solo en una cifra, sino en la actitud ante el esfuerzo. La nueva PAU ha puesto a prueba su capacidad de adaptación, y ellos han respondido con serenidad, compromiso y sentido común. En Salamanca, la primera promoción de la nueva PAU ha demostrado que los cambios pueden ser el inicio de grandes logros.
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