«En este libro he querido llevar los delitos a la puerta de mis vecinos»
El bejarano Tomás García Merino se adentra en el género negro con su novela 'Sentir el Viento'
Béjar, julio de 2022. Una joven desaparece misteriosamente durante la celebración del Festival Internacional de Blues. Este es el punto de partida de «Sentir el viento» la cuarta novela de Tomás García Merino (Béjar, 1963), escritor de vocación tardía que ahora se adentra en el género negro. Este miércoles presenta su nuevo trabajo en el Casino.
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«Ha sido un atrevimiento por mi parte, porque el género de la novela negra no lo había tratado hasta ahora», comenta el autor. «Los anteriores abordaban temáticas costumbristas, con algo intriga y localizados en momentos históricos de este siglo, como la posguerra o la Transición. Yo soy amante de la lectura de novela negra y esta vez he querido llevar los delitos a la puerta de mis vecinos, de quien me lee».
Para Tomás García Merino, escribir la historia de «Sentir el viento» ha supuesto el reto de intentar atrapar a los lectores en una intriga que se desarrolla en un escenario conocido. «Requiere menos trabajo de documentación, pero en una novela negra todo ha de estar bien armado para que sea creíble. Y por los comentarios que me llegan de lectores, parece que he conseguido engancharlos».
La creación literaria absorbe la nueva vida de este licenciado en Ciencias Empresariales que desarrolló su carrera profesional en una entidad bancaria hasta que se jubiló en 2020 por un ERE. Gran aficionado a la lectura, se inscribió en el taller de Escritura Creativa de la biblioteca de la Casa de las Conchas y tras participar en dos libros colectivos de relatos, publicó en 2021 su primera novela, «Un claro en el bosque». A este le seguirían «El año de la serpiente de fuego» (2022) y «Entre castaños» (2023).
El apoyo de una editorial que le deja el control de la promoción está permitiendo a Tomás García Merino ampliar su familia de lectores. Lo de ganar dinero es secundario. «Yo aspiro a seguir disfrutando con lo que escribo y que los que me lean pasen un rato agradable. El otro día un lector me sacó la polémica del Planeta y fue cuando pensé que ahora mismo yo no querría ganar un Planeta. Que te den un millón de euros y lo que eso conlleva, las exigencias de la editorial... En otra época no sé, pero hoy prefiero seguir escribiendo lo que yo quiero».
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