Imagen del escaparate de la pastelería Berretes, situada en la calle del Doctor Gómez Ulla. ARCHIVO

Cierra una emblemática pastelería en Salamanca: «La dedicación absoluta ha pasado factura a mi salud»

Su fundadora, Blanca Hernández, la abrió hace cuatro años. Ha comunicado la difícil decisión de bajar su trapa a través de Instagram

Elena Martín

Salamanca

Domingo, 5 de octubre 2025, 15:22

La pastelería Berretes, situada en la calle del Doctor Gómez Ulla, cerrará sus puertas definitivamente el próximo 11 de octubre, poniendo fin a cuatro años de esfuerzo, creatividad y compromiso social que han dejado una huella imborrable en la ciudad.

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Berretes no era solo una pastelería. Era un lugar donde el sabor se mezclaba con los valores. Entre las cuatro paredes de este obrador, cuyo nombre evocaba a la expresión salmantina de «¡Tienes berretes!», cada pastel llevaba consigo no solo azúcar y harina, sino corazón, ilusión y el sueño de promover la inclusión. Y es que su fundadora, Blanca Hernández, ha convertido Berretes en un centro especial de empleo, ofreciendo oportunidades a personas con discapacidad y demostrando que la excelencia y la inclusión podían ir de la mano.

En un emotivo mensaje publicado a través de Instagram, Blanca ha compartido la razón del cierre y la historia detrás de estos años de trabajo incansable: «Este es el mensaje más duro que voy a dar nunca. Hace cuatro años, nació Berretes con un sueño muy claro: demostrar que la excelencia en la pastelería y la inclusión podían ir de la mano. Hemos empleado a más de 30 personas, hemos estado en cientos de celebraciones y nos hemos consagrado como una de las mejores pastelerías de la ciudad, pero, detrás de todo esto, hay una cara mucho más dura… La presión constante, la inestabilidad del personal y la dedicación absoluta han pasado factura a mi salud y a mi vida personal».

Blanca también ha relatado cómo su proyecto se ha convertido en una «escuela improvisada» para formar a personas desde cero, enfrentándose a la dificultad de encontrar personal estable y a la exigencia de mantener la calidad de los productos artesanales: «Berretes ha muerto de éxito. La demanda ha sido tan alta que nos ha desbordado y esa presión se ha convertido en un miedo diario: que un día no pudiéramos abrir o cumplir con un evento porque no hubiera manos para hacerlo. He trabajado con personas con discapacidad, formándolas con nuestros propios recursos, sin apoyo institucional y eso ha sido maravilloso, pero también muy agotador».

La noticia del cierre ha generado una ola de tristeza y mensajes de apoyo por parte de la clientela, que ha llenado las redes sociales de recuerdos y agradecimientos. Y es que muchos han destacado que Berretes no solo ofrecía pasteles deliciosos, sino también un espacio donde la inclusión y el compromiso social se sentían en cada detalle.

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A pesar del dolor de cerrar, Blanca ha enviado un mensaje de esperanza y gratitud: «Gracias a todos los que habéis confiado en Berretes y habéis celebrado con nosotros. Se cierra una etapa dura y preciosa, pero no se cierra lo que significa Berretes. Hemos sido un icono de inclusión y esperanza para muchas familias. Esto no es un adiós. Es un hasta pronto».

Berretes deja así un legado que va más allá de los pasteles: ha enseñado que un negocio puede ser excelente y humano, que la inclusión es posible y que disfrutar de un dulce puede significar también compartir y construir oportunidades para los demás. Su espíritu permanecerá en cada celebración, cada sonrisa y cada mancha de dulce en la cara de quienes tuvieron el placer de probar sus creaciones.

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