Ni baño seguro ni prácticas deportivas en los ríos
Salamanca no tiene zonas autorizadas, pero bañarse, según la Ley de Aguas, no está prohibido
A pesar de que Salamanca no cuenta con ninguna zona autorizada para el baño, lo cierto es que miles de personas se lanzan al agua de los ríos a lo largo de los meses de verano, a sabiendas de que las aguas no tienen garantía alguna sanitaria porque no se hace ningún control por parte de la Junta de Castilla y León.
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Este año han sido 33 las zonas de baño para las que se han solicitado autorización y que, por tanto, sus aguas están controladas por la Consejería de Sanidad. Ninguna de ellas está en Salamanca porque los ayuntamientos no pueden asumir la vigilancia a lo largo de todo el río. Sin embargo, el artículo 50.1 de la Ley de Aguas, que regula los usos de las aguas superficiales, no prohíbe el baño, todo lo contrario, y además «sin necesidad de autorización administrativa».
Puente del Congosto, con las piscinas naturales, es uno de los puntos frecuentes de baño en la provincia, como lo es también el río Águeda a su paso por Ciudad Rodrigo. Nadie impide que a diario propios y extraños se refresquen en varios puntos del río a pesar del riesgo que puede entrañar.
El Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo, consciente de la realidad, solicitó el año pasado autorización a la Confederación Hidrográfica del Duero para instalar postes de sujeción para colocar flotadores salvavidas en seis zonas de baño en las que a diario se bañan cientos de personas. Los elementos solamente estarían colocados durante la temporada de baño. La respuesta, en pleno verano, ha llegado denegando la solicitud porque la CHD estima que «el dominio público hidráulico debe ser respetado y protegido de cualquier actuación que pueda suponer su vulneración». Desde el mes de octubre llevaba el Ayuntamiento esperando una respuesta que ha llegado casi a finales de julio, con la temporada de baño ya muy avanzada.
Santa Marta ha vuelto a elevar este año, sin éxito, la queja porque la Confederación Hidrográfica del Duero se gastó más de 180.000 euros en el canal de aguas bravas del Molino de la Aceña, que durante varios años ha acogido competiciones de regatas, pero que lo mantiene en pésimas condiciones. La maleza impide la práctica de uno de los deportes que se solía organizar en esta zona, sobre todo durante los meses de verano. Como con el resto de ayuntamientos, la CHD hace oídos sordos a los continuos requerimientos que ha hecho el alcalde, David Mingo y un verano más se está privando a los aficionados de disfrutar del piragüismo.
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