Eloy Ruiz, Juan Carlos Prieto, Gonzalo Santonja y Juan Carlos Martín, en la entrega del Ecce Homo en 2023. TEL

El último recuerdo de la iglesia de San Andrés en Béjar

Se cumplen dos años desde que la Junta de Castilla y León entregara a la parroquia de Santa María el cuadro del Ecce Homo restaurado. Estuvo perdido durante 135 años entre 1568 y 1703 cuando un clérigo lo trasladó a la iglesia madre.

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Béjar

Jueves, 6 de noviembre 2025, 16:38

Fue un 3 de noviembre de 2023 cuando el consejero de Cultura, Gonzalo Santonja, entregó a la iglesia de Santa María el pequeño cuadro del «Ecce Homo» restaurado en el Centro de Conservación de Simancas en Valladolid.

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El acto contó con la presencia del entonces párroco, Félix Pérez, la exconcejala de Cultura, Purificación Pozo, el delegado de la Junta, Eloy Ruiz, el director de Patrimonio Cultura, Juan Carlos Prieto y el restaurador del equipo del centro de Simancas, Juan Carlos Martín.

El párroco enseñó a los presentes un libro con detalles históricos sobre la reducción de iglesias en Béjar, que pasaron de diez a tres, para explicar que el «Ecce Homo» procedía de la antigua parroquia de San Andrés. Precisamente, la historiadora bejarana Carmen Cascón afirma que ese cuadro es el último testimonio del retablo de aquella iglesia de San Andrés, pero estuvo desaparecido durante 135 años.

«Representa un Ecce Homo de la mitad del torso hacia arriba, con la vista baja hacia su derecha y con una soga atada al cuello. Un halo circunda su cabeza de cabellos largos, ligeramente ondulados y cobrizos. Su figura destaca sobre un fondo oscuro, amarronado», ha explicado la historiadora. El cuatro mostraba repintes, faltas de materia pictórica en algunas zonas y la suciedad adherida por el propio paso de los años.

Detalla que procede de la desaparecida iglesia de San Andrés ubicada extramuros de la villa al final de Barrio Neila cerca de la Puerta de la Traición, también desaparecida. Puede afirmar esa procedencia porque alguien escribió en el reverso a lápiz su procedencia. «Cita su situación en el retablo de la mencionada iglesia y que fue transportado a la de Santa María en 1703 por el clérigo Antonio Ortiz de Zúñiga. Podemos decir que este retablo se componía de cuadros en todo o en parte y solo se salvó este pequeño fragmento.» afirma la historiadora bejarana.

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Ahora bien, nada se sabe qué pasó con ese cuadro entre 1568 cuando se produjo la reducción de iglesias y 1703 cuando fue trasladado por el clérigo a Santa María. Dos son las teorías que bajara Carmen Cascón. La primera sería que la iglesia de San Andrés no desapareciera hasta 1703 y la segunda, que alguien guardase el cuadro y lo donara a Santa María en esa misma fecha.

Sea como fuera, afirma que, debido a la reducción de iglesias, fue perdiendo relevancia y acabaría arruinada hacia 1703, el año en que se traslada el cuadro, quedando de ella el cargo testimonial de arcipreste y cura de San Andrés, la cruz parroquial se saca como principal de la parroquia en la procesión del Corpus Christi y ese lienzo. Además, añade que la desaparición de la iglesia tuvo lugar antes de 1727 y, por ello, el pintor Ventura Lirios no la representase en su vista de la entonces ciudad de Béjar. Con respecto a la cruz procesional, figura en su reverso la figura del santo tal y como explica Carmen Cascón que, además, cita a otro historiador, Roberto Domínguez Blanca, para afirmar que se trata de una «gran obra de orfebrería en plata de principios del siglo XVII».

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Y con dudas sobre su paradero durante nada menos que 135 años, la iglesia de Santa María luce en su sacristía uno de los cuadros más importantes de la ciudad conservado a pesar del devenir de la historia.

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