La popular especie en peligro de caer en el olvido: «La política agraria y la caza son sus grandes enemigos»

Aunque amenazadas y en menor número, las tórtolas siguen habitando anualmente las zonas arboladas de la provincia de Salamanca («dehesas, choperas, montes, pinares,..»). Sobre todo los espacios próximos a los campos de cereales son sus preferidos porque estas aves, muy conocidas por los antiguos, se alimentan de «semillas y frutos de malas hierbas y cereales, sobre todo», detalla el biólogo, ornitólogo y amante de la naturaleza, Miguel Rodríguez Esteban, que, a diferencia de muchos jóvenes, sí tiene la fortuna de conocer a las tórtolas y en profundidad debido a su afición a la ornitología.

Por suerte, en 2021 se prohibió su caza, y la especie «ha tenido un repunte positivo en los últimos años», no obstante, «la tórtola europea o común está catalogada como vulnerable en el Libro Rojo de las Aves de España», explica Miguel Rodríguez. «Esta categoría no indica peligro de desaparición, pero tampoco un buen estado de las poblaciones», anota.

Ya no se cumplen las excelentes condiciones de antaño para su reproducción y modo de vida. «La transformación del medio agrícola es uno de los principales factores de su declive, sobre todo la concentración parcelaria, que eliminó lindes con árboles y arbustos donde nidificaba», indica este ornitólogo. «Además, el uso generalizado de herbicidas ha eliminado o reducido la disponibilidad de las plantas y semillas de las que se alimenta», añade. Por otro lado, la caza sigue amenazando a las tórtolas europeas «tanto durante la migración (España) como en los cuarteles de invierno (África)».

Es decir, los grandes enemigos de la bella tórtola europea son «la política agraria y la caza».

La tórtola europea es un ave migratoria oriunda de nuestra tierra, cría en la Península Ibérica y Canarias, donde permanece desde la primavera al otoño y posteriormente busca un clima más cálido en África, donde pasa el invierno.

Hay razones que justifican el olvido al que estamos sometiendo a la tórtola. Parece ser un ave cada vez más desconocida por las nuevas generaciones. Miguel Rodríguez opina que hay dos razones. Una es «su mayor abundancia en el pasado» y la otra, «el cambio de costumbres de las personas, los ganaderos y agricultores de antes pasaban más tiempo en el campo mirando y observando, y ahora la mayoría no baja del coche o del tractor».

«Las tórtolas tienen un tamaño mediano, con el dorso jaspeado de color anaranjado, ojo rojizo y una llamativa mancha blanca y negra en el cuello», además se caracterizan por un «vuelo muy ágil entre los árboles», según la descripción de este biólogo.

Es muy fácil confundir las tórtolas con otras aves, aunque sabiendo de sus características y colores no es difícil identificarlas.

«Pueden confundirse con tres especies distintas: palomas domésticas, palomas torcaces y palomas turcas», indica Rodríguez Esteban.

«La paloma doméstica es similar en tamaño, pero la tórtola europea tiene un vuelo mucho más ágil, además de una coloración distinta (dorso anaranjado, mancha blanca y negra del cuello, ojo rojo...)». «Aunque comparten hábitat, las palomas torcaces son más grandes y robustas que las tórtolas europeas. También tienen un vuelo ágil, pero se distinguen muy bien porque tienen una mancha blanca muy visible en cada ala, la tórtola no». «Las tórtolas turcas son iguales en tamaño, pero la turca tiene un vuelo más torpe, además de una coloración más discreta (gris-blancuzca, con collar negro), y no es tan campestre; suele estar muy asociada a pueblos y ciudades».

Las tórtolas europeas o comunes son aves que siempre han estado en su hábitat pero muy cercanas al ser humano que no ha podido evitar dejarse cautivar por su belleza. Muy viva está en el lenguaje popular la expresión «tortolitos», inspirada en el cariño que infunden estas aves porque las tórtolas son tenidas por aves monógamas y fieles.

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