El médico de familia que se despide de sus pacientes tras cumplir 70 años: «Soy un enamorado de mi profesión»
Cumplió el sábado 70 años, esta semana se ha despedido de sus pacientes en Peñaranda de Bracamonte donde ha ejercido 21 de sus 44 años de profesión
Soy un enamorado de mi profesión, he disfrutado haciendo lo que he hecho, dentro de las especialidades de medicina, la atención primaria es la más bonita», asegura el médico de familia Alfonso Sánchez Escudero, que además es hijo de otro peñarandino que también fue médico.
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Este profesional de la salud cumplió el sábado 70 años de edad y ha terminado su tiempo de trabajo, al no existir posibilidad de prórroga, porque si algo tiene claro es que si le hubieran permitido continuar no se hubiera jubilado. Este fin llega por una cuestión administrativa ya que Alfonso Sánchez Escudero es un profesional en pleno rendimiento, muy eficiente, valorado y querido por su pacientes, hasta ahora de Peñaranda de Bracamonte. Antes estuvo en Santiago de la Puebla y Bóveda del Río Almar. En la zona lleva 21 años de sus 44 de ejercicio profesional. Además durante 19 años ha sido el coordinador de la zona de Peñaranda de Bracamonte. Antes estuvo otros 21 años en la zona de salud abulense de Madrigal de las Altas Torres. Una muestra del cariño que la ciudad tiene por este médico es el mensaje que el Ayuntamiento de Peñaranda de Bracamonte publicó el jueves en sus redes sociales. «Queremos expresar nuestro más sincero agradecimiento. Gracias por su cercanía, profesionalidad, entrega y compromiso», se puede leer en el mensaje.
Alfonso Sánchez asegura que su paso por Peñaranda de Bracamonte y comarca ha sido «muy bueno». «Aunque he tenido un cupo muy grande y con mucho jaleo para mi todo son vivencias positivas», indica.
«Normalmente nos hacemos cargo de los pacientes desde pequeñitos hasta mayores, ahora desde que hay pediatra, desde los 14 hasta los cien y más», detalla. «Ves la evolución de los pacientes, y ya no solo por sus enfermedades, también por su situación económica y familiar», relata.
En tantos años de trayectoria Alfonso Sánchez enumeraría muchas anécdotas «agradables y desagradables». Le queda el mal sabor de boca de las agresiones vividas en el servicio de urgencias, o cuando algún paciente acude por por problemas leves y le han descubierto alguna patología grave, no obstante se queda con lo bueno. Un ejemplo es el nacimiento de un niño en el centro de salud este mismo año.
Lo que este médico nunca olvidará es el tiempo de la pandemia. «Fue una situación muy distinta, una época dura para los pacientes», recuerda. «Fue una situación muy difícil porque ponías en riesgo a tu familia, pero aun así la conclusión que saco es buena porque realmente en nuestra zona aunque hubo fallecidos no fueron muchos como en otros lugares, dentro de lo negativo es la parte positiva que saco, prefiero quedarme con el lado bueno», asegura.
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«Cuando empecé no teníamos jeringuillas desechables»
Desde que Alfonso Sánchez comenzó a trabajar en 1981 la evolución ha sido abismal. «En algunos casos no tenía ni luz eléctrica ni agua, ahora tenemos muchos medios, podemos hacer electrocardiograma, analíticas, radiología, ecografías», pone como ejemplo. «Cuando yo empecé no teníamos jeringuillas desechables y las tenías que comprar tú, entonces los cambios han sido inmensos, en estos 44 años hemos cambiado muchísimo», relata este médico de familia que se despide de su profesión.
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