Aviso en Doñinos por los gatos callejeros: «No es prohibir por prohibir, sino por seguridad»

En Doñinos de Salamanca los gatos forman parte del paisaje pero la convivencia con ellos no se deja al azar. Desde hace años, el municipio apuesta por la gestión de las colonias felinas a través del protocolo CER (Captura, Esterilización y Retorno). Ahora, el Ayuntamiento recuerda a la ciudadanía que esos animales no son «callejeros sin más», sino que forman parte del entorno urbano y están protegidos por ley. Y lo ha hecho mediante un bando municipal difundido en redes sociales.

El mensaje es claro: no se puede tocar, alimentar ni molestar a los gatos sin autorización. Aunque el gesto parezca inofensivo, puede tener consecuencias. En las últimas semanas se ha detectado que varios menores se acercaban con comida a una de las colonias situadas junto al consultorio médico. Una escena común, pero que preocupa a quienes están al frente de este proyecto.

«Nos preocupa que alguien pueda resultar incluso herido, porque no están acostumbrados al trato humano», explica el alcalde, Agustín Rodríguez. «Están controlados, y su cuidado está en manos de personas formadas. No es una cuestión de prohibir por prohibir, sino de seguridad».

El bando recuerda que estos gatos están protegidos por la Ley 7/2023 de Bienestar Animal y por la ordenanza municipal nº 32 de tenencia responsable. Las infracciones pueden conllevar sanciones que van desde los 10.000 hasta los 200.000 euros, especialmente en casos como el abandono o la introducción de animales nuevos en las colonias.

Detrás de esta gestión está la asociación 'Doñigatos', nacida en 2021 a raíz de una iniciativa municipal. Sus voluntarios se encargan de cuidar y alimentar diariamente a más de 110 gatos distribuidos en ocho colonias activas. «Ya no quedan gatas sin esterilizar. Se ha reducido el número de nacimientos, y los gatos están tranquilos», explica Ana Amaro, voluntaria y trabajadora municipal.

El protocolo CER se aplica con constancia: los animales se capturan, se esterilizan y se devuelven a su entorno, donde reciben seguimiento y alimentación. Solo el personal autorizado puede actuar sobre ellos. «No están socializados. Tocarlos puede ser peligroso tanto para los animales como para las personas», añade Amaro.

Aunque este año el Ayuntamiento no ha logrado acceder a una ayuda estatal para el control de colonias, seguirá apostando por este modelo. «Nos hemos quedado fuera por criterios de reparto, pero lo seguiremos intentando. Doñinos tiene un compromiso claro con el bienestar animal», afirma el alcalde.

Mientras tanto, la tarea continúa cada día al caer la tarde, con una rutina silenciosa que apenas se ve, pero que mantiene el equilibrio. Cuidar a los gatos no es alimentarlos de vez en cuando: es respetar su espacio, su ritmo y su naturaleza. Y eso también es cuidar del pueblo.

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