El abandono masivo de colchones se desboca: «Ahora mismo habrá 500, la gente prefiere no pagar»
La ciudad de Béjar y el Alto Tormes sufre de forma permanente este problemas, con colchones repartidos por la ciudad. También los propietarios de fincas particulares sufren el abandono de residuos en sus terrenos
TEL
Béjar
Martes, 14 de octubre 2025, 10:57
El abandono desbocado de colchones en el sur de la provincia y, fundamentalmente en la ciudad de Béjar o el Alto Tormes, se ha convertido en un verdadero problema de gestión tanto para los municipios donde se dejan como a los propietarios particulares que encuentran sus fincas convertidas en verdaderos vertederos por este hábito.
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Muchos son los factores que pueden conducir a esta situación, pero en muchos casos, la situación está llegando a ser insostenible por la acumulación de colchones, que pueden llegar a desbordar instalación de puntos limpios o centros de recogida. En Béjar, según detalla el concejal de Medio Ambiente, José Ángel Castellano: «La incidencia sube de año en año cada vez más. En 201, cuando me hice cargo de la Concejalía, era bastante menor, aunque ya se acumulaban colchones. Con la pandemia se desbordó el punto limpio y la recogida de colchones. Lo achacamos a que mucha gente los había cambiado, también en residencias. Ahora mismo habrá 500 colchones en el punto limpio y, haciendo un cálculo, salen unos 3.000 colchones anuales del punto limpio de Béjar».
El edil pone de relieve otra cuestión sobre el abandono que está proliferando: «Hemos detectado que hay empresas que cobran por retirar los colchones viejos y la gente prefiere no pagar y dejarlos en el punto limpio o dejarlo para que los recojan los servicios municipales». Es más, hay administraciones que apuntan también a que algunas de estas empresas retiran el colchón, pero no lo llevan a la planta especializada y los van dejando a modo de reguero. Es un problema que se ha detectado en el Alto Tormes, tanto salmantino como abulense. De hecho, sólo este pasado verano, la Mancomunidad de Barco de Ávila-Piedrahita recogió otros 3.000 colchones.
El Real Decreto 646/2020, de 7 de julio, por el que se regula la eliminación de residuos mediante depósito en vertedero recoge como «residuos municipales» los «residuos recogidos de forma separada de origen doméstico y residuos voluminosos, incluidos los colchones y los muebles».
La Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular establece que los costes de la gestión de los residuos tendrán que ser sufragados «por el productor inicial de los residuos, por el poseedor actual o por el anterior poseedor de residuos».
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La misma ley de 2022 califica de infracciones graves: «El abandono, el vertido y la gestión incontrolada de cualquier tipo de residuos no peligrosos sin que se haya puesto en peligro grave la salud de las personas o se haya producido un daño o deterioro grave para el medio ambiente». Las multas por las infracciones graves oscilan entre los 2.001 y los 100.000 euros.
La Ley de 2022 no deja claro quién ha de financiar los costes de gestión
«Este servicio hay que pagarlo», señala el edil de Medio Ambiente de Béjar, que señala cómo la ciudad textil lo lleva a la planta de Gomecello. Pero no todo el mundo lo tiene tan claro y el abandono en las calles o el campo es la solución que encuentran. La ley tampoco lo deja claro, ya que el artículo 11 de la nueva ley de 2022 deja en el aire que los costes tienen que ser sufragados por el productor inicial de los residuos (el vendedor del colchón), por el poseedor actual (la administración competente de la recogida de residuos) o por el anterior poseedor de residuos (el comprador del colchón). No queda definido al cien por cien quién ha de hacerlo y, por tanto, hay algunas administraciones que, a falta de otras medidas, comienzan a valorar la creación de ordenanzas concretas que lo regulen o, al menos, establezcan una tasa que ayude a financiar la retirada de colchones, que son unos elementos muy voluminosos, que obligan a realizar numerosos viajes para deshacerse de ellos ya que se llenan los camiones mucho antes que con otros residuos aunque el peso sea menor.
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Un hábito cada vez más extendido en los entornos rurales es el abandono de colchones, escombros y otro tipo de residuos en las cunetas e incluso en fincas particulares. A falta de determinar quién ha sido la persona responsable, la normativa permita al Seprona a multar al propietario del terreno donde se han encontrado los residuos aunque no sea el responsable y aunque desconozca, incluso, que tiene escombros, colchones o muebles en su propiedad. El abandono se ve como la mejor solución pese a la existencia de puntos limpios que lo recogen y plantas de gestión de materiales de construcción.
La venta de colchones por internet es otro problema añadido a la hora de deshacerse del viejo colchón ya que no hay una empresa física que pueda hacerse cargo de su retirada.
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