«Si a los 20 no eres de izquierdas, no tienes corazón. Si de viejo no eres de derechas, no tienes cerebro'. ¿Se acuerdan de ... este axioma atribuido, entre otros, a Winston Churchill? Esta ha sido la idea predominante desde mediados del siglo pasado pero, como tantas cuestiones preconcebidas, ha saltado por los aires con una nueva realidad, política y social, en la que hay demasiadas piezas para tan poco puzzle. El giro copernicano experimentado en la juventud, planetaria pero especialmente la española, implica que los que ejercen de antisistema se sitúan a la derecha de la derecha y no a la izquierda de la izquierda, como era menester desde tiempos caudillescos. El cambio es radical y eso también transforma el futuro mapa electoral del país.
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Todas las encuestas más o menos serias del país, lo que excluye el CIS-recetario de Tezanos, reflejan el aumento de las posiciones de extrema-derecha, caso de VOX, entre los votantes más jóvenes. Demoscopia que cobra fuerza y solidez cuando uno baja al barro y se mete en conversaciones de veinteañeros. Les han inoculado en vena el discurso vertido por las posiciones más extremas de la derecha en las redes sociales, convirtiendo el algoritmo de TikTok o Instagram en el panfleto electoral más rentable, multiplicado su efecto por el poder hipnótico que ejerce la pantalla del móvil.
Y así, resulta que los antisistema de ahora dinamitan el paradigma reinante desde la Transición. El topicazo del punky con camiseta y pantalón negro ajustado, cresta en el pelo y botas de punta de acero ha mutado abruptamente y los radicales de 2025 visten camisa abierta de El Ganso, pantalón de pinzas y zapatos mocasines, manejan más dinero que un pensionista y veneran a Morante de la Puebla como su nueva estrella del rock. Son esa generación que ha alcanzado la mayoría de edad mientras Pedro Sánchez acumulaba años en el gobierno. De hecho, son un producto más de la factoría Moncloa, fruto de esa polarización que busca y está consiguiendo que VOX sea cada vez más fuerte para erosionar las posibilidades de Feijóo de ser presidente. Es el «divide y vencerás» de toda la vida que ya le funcionó a Sánchez en el 2023 y que pretende reeditar en los próximos comicios nacionales. Antes de eso tenemos cita electoral en Castilla y León, quiere el PP que también coincida en Aragón y Extremadura, y ese será un buen momento para comprobar si los antisistema, en España, siguen siendo reaccionarios, pero a la derecha de la derecha.