LA VARA

Ninguneo en San Martín

No es la primera vez que el PSOE acaba mal con sus históricos. Le pasó con José Francisco Bautista y ahora con Alfonso Buenaventura

Viernes, 11 de julio 2025, 06:00

La Sierra de Francia siempre ha sido ese reducto inconformista de una provincia en la que estamos acostumbrados al «sí Bwana». Allí, y alguna vez en las Arribes, se han producido las principales oposiciones, y las más feroces, a proyectos que trata de imponer la política. El serrano no es un salmantino más, es inconformista, emprendedor y principalmente se caracteriza por no fiarse ni de la familia. Recuerdo no hace tanto cómo en la Sierra de Francia se tumbó un proyecto de abastecimiento de agua que trataba de sacar adelante aquel Gobierno de Herrera en la Junta, o algunas manifestaciones por incendios en Batuecas o Quilamas, reclamaciones que han demostrado que muchas veces les unen de verdad los intereses territoriales por encima de las disputas políticas.

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Ahora uno de esos pueblos, quizás el más bello y uno de los más desconocidos, San Martín del Castañar, se ha levantado. Lo ha hecho contra la dirección provincial del Partido Socialista en Salamanca. En las últimas elecciones el PSOE obtuvo seis de los siete concejales en litigio, un pequeño bastión socialista en una provincia en la que cada vez gobierna menos ayuntamientos. Al frente de ese Ayuntamiento lleva desde 1993 Alfonso Buenaventura Calvo, un tipo que cumple a la perfección la definición de serrano que les indicaba con anterioridad. El regidor se ha hartado de sus compañeros en Salamanca, del ninguneo al que el partido ha sometido al pueblo escenificado en la figura del propio alcalde.

Durante años, cuando los socialistas no ganaban en casi ningún pueblo de la Sierra, el nombre de Alfonso Buenaventura era un clásico en los puestos finales de las listas electorales del PSOE avalado por sus resultados electorales. Era común verle como suplente en las candidaturas que presentaba el partido hasta que le llegó su oportunidad por la vía de la sustitución, después de que Antonio Luengo aprovechara el hueco de asesor que quedaba libre en el Grupo Socialista en el Palacio de La Salina. Y Alfonso Buenaventura lo hizo bien. Defendió a la Sierra, defendió al PSOE e hizo algunas propuestas relacionadas con el turismo que no eran para nada descabelladas. En 2023 se iniciaba un nuevo mandato en la Corporación provincial y todo hacía indicar que el edil serrano volvería a ocupar el escaño que las urnas otorgaron a los socialistas en aquella circunscripción. Sin embargo el puesto para fue para Antonio Cámara, quien aterrizó en La Salina después de perder la Alcaldía de Béjar que a su vez había asumido como favor al partido tras la esperpéntica salida de Elena Martín. Esto, lógicamente, terminó por descuadrar a parte de la militancia. Alfonso Buenaventura se vio desplazado y ninguneado después de ver cómo tras «chupar» mucho banquillo y siendo fiel al PSOE no fue apoyado por la cúpula. Ahora ha dicho basta, ha convencido a los suyos de que las siglas no aportan beneficios al futuro del pueblo y busca como independiente los proyectos y fondos que el PSOE luchaba para La Alberca.

Una vez más, como ocurrió con José Francisco Bautista en Hinojosa de Duero, el Partido Socialista no acaba bien con un socialista histórico. David Serrada llegó a la Secretaría Provincial de los socialistas con la idea de renovar la presencia del partido en las instituciones, y lo hizo con mano firme y sin fisuras. Sin embargo, casos como el del alcalde de San Martín deberían haber sido gestionados con una mayor mano izquierda para evitar el regreso a la vieja política socialista que vino a cambiar. La pérdida de este Consistorio no supone nada para el PSOE, ya que los diputados provinciales serán los mismos, dos para el PP y uno para el PSOE. Y para que eso cambie tiene que ocurrir un milagro.

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