DESDE LA TRIBUNA

Soy fan de Puente

Que quieran poner yugos y flechas en los portales, como dice el ministro, me da igual. Me preocupa que nos haya borrado del mapa del Ave

Miércoles, 3 de diciembre 2025, 06:00

Me he hecho fiel seguidora del ministro Óscar Puente porque me hace gracia su desahogo dialéctico y su provocación emocional fuera de todo prejuicio. Para ... unos, es el bocazas oficial del Gobierno y, para otros, su club de fans, es un político que dice lo que piensa, que siempre es favorable a «su puto amo». Es una suerte para cualquier jefe poder contar con un fiel escudero tan disciplinado y con tantos recursos para defender lo indefendible. Óscar Puente los tiene.

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Cuando los trenes se averían o sufren retrasos, no se habla de eso. Y cuando sale un caso de corrupción en el PSOE, que es casi todos los días y, a veces, uno matutino y otro vespertino, sacan a Puente a recordar que hace medio siglo que se murió el dictador.

El señor ministro es una mina para los periodistas. Él y la vicepresidenta Yolanda Díaz son los mejores de los veintitantos del Consejo de Ministros. Uno, porque actúa como un bárbaro y siempre piensa en la información y en los informadores, y la otra, porque lleva innata la torpeza, vamos, que le vino ya de serie y, francamente, nos saca una sonrisa en medio de tanta miseria política.

Puente este año volvió a la escuela política del PSOE, pero estuvo mucho más comedido que el año pasado. No nos ha puesto en el mapa de los trenes, pero en 2024 nos situó en los medios internacionales. Salamanca fue el epicentro de un lío diplomático de padre y muy señor mío con Argentina, al acusar a su presidente, Javier Milei, de ingerir «sustancias».

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Se formó tanto revuelo diplomático que, al pobre Puente, que no lo hay más fiel al jefe, lo obligaron a salir un martes cualquiera, día de Consejo de Ministros, para disculparse a su manera. «No era consciente de la repercusión que podía tener. Si lo hubiera sido, no lo habría dicho», nos aseguró un poco compungido. Lo dicho, es un bocazas, al que le pierde su «obediencia» fanática al jefe.

Solo el pensar que si acusas públicamente a un mandatario de consumir drogas no va a tener una gran trascendencia es un poco pueril. Pero don Óscar no lo hace con malicia alguna. Nos dio a todos un buen titular y seguramente estaba pensando en algo con lo que tapar algún escándalo del entorno del presidente del Gobierno.

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Pedro Sánchez últimamente le da mucho trabajo «tuitero» al ministro. Tanto que a veces no dispone de tanta ocurrencia táctil que pueda eclipsar la cantidad de escándalos sanchistas. Su antecesor en el Ministerio lo ha dejado prácticamente mudo y con mucho trabajo de limpieza por hacer.

Aprovechando que este año se han cumplido 50 años de la muerte del dictador, este año han sacado a pasear al muerto en «clases del PSOE». Nadie lo pasea mejor que los socialistas. La exministra Dolores Delgado nos lo televisó, incluso, como si fuera la boda de una de las infantas por el Valle de los Caídos, ahora denominado Valle de Cuelgamuros.

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A mí, que nos quieran poner yugos y flechas en los portales o devolver al franquismo, como dice Óscar Puente, me da igual. A mí, como al resto de salmantinos, lo que nos preocupa es que el señor ministro nos haya borrado del mapa de su plan estratégico ferroviario.

¿No le parece triste, señor ministro, que Salamanca sea una de las ocho capitales de provincia peninsulares que quedan desconectadas de la Alta Velocidad Ferroviaria?

Yo, que me declaro fan de don Óscar, le pido que reconsidere su plan y no nos deje aislados del mundo, por favor. Y no eche mano de estadísticas manidas porque si no hay trenes, no hay usuarios.

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