DE CALLE

La pesadilla continúa

Sánchez se levantará tras el batacazo sufrido en el Congreso y hará todo lo que haga falta para seguir al menos dos años más

Jueves, 1 de febrero 2024, 06:00

No lancemos las campanas al vuelo, que la pesadilla no terminó el pasado martes en el Congreso. Ni siquiera estamos ante el principio del fin. El batacazo que sufrió Sánchez es de los que duelen, pero para darle la puntilla a un personaje tan resiliente y audaz hace falta mucho más que verle perder una votación.

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Y menos cuando lo que se vota es una amnistía que todo el sanchismo consideraba inconstitucional hasta que necesitó los votos de los amnistiables y que ahora han pasado a considerar inmaculadamente constitucional por aquello de que a la fuerza ahorcan.

Sánchez saldrá de esta, para desgracia de la gran mayoría de españoles y contento de los enemigos declarados de nuestro país. Esa convicción de la segura supervivencia del Gobierno socialcomunista no quita para que el momento de la derrota a manos del golpista y delincuente fugado haya representado un fugaz instante de gozo para todos quienes estamos hartos de la prepotencia y la insensatez de un Ejecutivo que nos toma por tontos y nos vende como convivencia lo que simple y llanamente es una compra de siete votos. Caros, carísimos, pero si aseguran la permanencia, a Sánchez le parecen baratos.

Fue gratificante ver su cara de rabia e indignación tras el 'no' de Junts al texto pactado entre socialistas y separatistas catalanes, pero ahí se queda la cosa. Porque el del Falcon hará todo lo posible para continuar en el poder, cederá todo lo posible y concederá todo lo posible y lo imposible, por encima de la ley, la Constitución, el Estado de Derecho, la igualdad de todos los españoles y la unidad de España. No les quepa la menor duda.

De momento tiene un mes por delante para ensayar la postura de rodillas ante Puigdemont y encontrar la fórmula para colar sus exigencias en la Ley de Amnistía.

En realidad, el loco del flequillo y amigo de los maleteros tiene toda la razón: solo pide lo que siempre ha pedido, que le indulten para volver a Cataluña por la puerta grande. Y el texto de la Ley tumbado el pasado martes dejaba fuera el delito de traición, al que se enfrentarán Puigdemont y sus adláteres por sus maquinaciones con los hombres del sátrapa Putin. Como tampoco amarraba la Ley con suficiente claridad el olvido del delito de terrorismo, que le puede ser imputado por capitanear los atentados que acabaron con cientos de policías heridos, algunos de extrema gravedad.

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Así que dentro de un mes veremos colar en el Congreso una Ley de Amnistía General, para todos los golpistas y separatistas, para todos sus delitos pasados, presentes y futuros, para ellos y para las generaciones venideras.

La Ley era inconstitucional desde su concepción y con esos añadidos lo será todavía con más claridad, pero a Sánchez le importa un bledo. Una vez que los siete votos de Puigdemont caigan en el saco y una vez que le aprueben los presupuestos de 2024, tendrá otros dos años asegurados durmiendo en el colchón de La Moncloa.

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El Tribunal Constitucional, con mayoría de magistrados designados por el PSOE, puede incluso que, en un alarde de decencia, acabe tumbando la Amnistía, pero los dos años de calentar el sillón de la presidencia no se los quita nadie. Y el Tribunal de Justicia de la Unión Europea echará para atrás la Ley, pero Sánchez escuchará su veredicto subido al Falcon, con sus gafas de sol y la camisa arremangada. Y los españoles seremos, todavía más, los apestados de Europa, los únicos gobernados en la distancia por un golpista fugado de la justicia, sí ¿y qué?

Dos años más de pesadilla no nos los quita nadie.

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