Opinión

...Y ahora las obras

Ahora que Renfe ya tiene pasajeros, máquinas y maquinistas para recuperar el cuarto Alvia, resulta que no se puede por unas obras

Jueves, 18 de abril 2024, 06:00

Salamanca tiene mala suerte con esto de los trenes rápidos a Madrid. Llevamos tres años de desgracias. Primero que si no había pasajeros suficientes para recuperar el cuarto Alvia que nos quitaron en 2020. Luego que Renfe no tenía maquinistas formados. Después, cuando ya había pasajeros y maquinistas, dijeron que no había máquinas disponibles. Y ahora que Renfe ya tiene máquinas, maquinistas y pasajeros, vaya por dónde, resulta que las obras en Chamartín impiden restablecer el cuarto servicio a la capital de España. Las mismas obras que no constituyen obstáculo para mantener una treintena de trenes, muchos de ellos AVEs, entre Valladolid y Madrid, por poner un ejemplo.

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Así lo explicó ayer nuestro ministro favorito, el siempre educado y cortés Óscar Puente. El titular de Transportes, que prometió en vano el cuarto Alvia para el ya caducado primer trimestre de este año, sugiere ahora que llegará allá por el mes de julio. Eso si el calor no recalienta las vías y se vuelven a truncar los planes de Puente, un refinado político al que tantas veces hemos acusado, seguramente sin motivo alguno, de odiar, marginar y torear a Salamanca. El sanchista vallisoletano está tan enamorado de esta tierra del Oeste peninsular que incluso está dispuesto a hablar de la alta velocidad, del AVE para que nos entendamos, pero no ahora, ni dentro de unos meses, ni dentro de unos años, sino más adelante, cuando ya lo tengan otros territorios «prioritarios» como Cantabria o Extremadura. Qué majo, qué educado, qué buena persona y qué considerado con Salamanca es nuestro ministro preferido.

Es tan buena persona el señor Puente que ayer estaba el hombre muy decepcionado con los proetaras de Bildu porque se niegan a calificar a ETA como una banda terrorista, lo que siempre ha sido. Y la decepción venía porque el ministro del 'no es no' al cuarto Alvia considera que Bildu es «un partido progresista democrático». Sí, «democrática» la formación que llevaba más de cuarenta etarras en sus listas a las municipales, siete de ellos asesinos condenados por matar a ciudadanos españoles. Esa profunda decepción del ministro no le impidió confirmar ayer mismo que el Gobierno sanchista seguirá pactando con los herederos de los asesinos.

En este asunto nuestro idolatrado titular de la cartera de Transportes sigue al pie de la letra las instrucciones de su jefe Sánchez, para quien todo vale con tal de seguir en el poder e impedir la alternancia, base de la democracia. Los pellizquitos de monja que estos días le propinan a Bildu tanto Puente como algún que otro dirigente sanchista solo pretenden mejorar sus pésimas expectativas ante las elecciones vascas del domingo. Ya no se atreve Sánchez a gritar aquello de «¡Con Bildu no voy a pactar, cuántas veces quiere que se lo diga!» porque no solo han llegado a todo tipo de acuerdos con los proetarras, sino que les han permitido redactar la Ley de Memoria Democrática y les han entregado en bandeja la alcaldía de Pamplona.

Los sanchistas se acuerdan ahora de que Bildu no condena a ETA, cuando todos sabemos que Bildu es ETA en su versión no asesina. Parece que ahora les da miedo que Otegui (ese hombre de paz según Zapatero al que la Fiscalía sobre la que manda Sánchez ha tenido que librar de otra acusación de colaboración con los asesinos), y su marioneta Ochandiano puedan ganar las elecciones. Por lo visto, lo que han pactado sanchistas y bildutarras es que ganarían en las próximas, dentro de cuatro años. Este proyecto de desmembrar España tenía programados sus tiempos pero de tanto blanquear a los herederos de los asesinos, se les ha ido de las manos.

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