DE CALLE

La indignación no basta

Ante la magnitud de los escándalos de corrupción que acumula el sanchismo ya no cabe la resignación: hay que decir basta ya

Domingo, 30 de noviembre 2025, 06:00

Con la entrada en prisión del exministro José Luis Ábalos y su exasesor Koldo García, que junto a Santos Cerdán componen el trío de compañeros ... de aventuras automovilísticas del presidente, la condena al fiscal general y la imputación de la esposa y el hermanísimo, el vaso de la indignación ciudadana está a rebosar. Es un hundimiento sin precedentes de la confianza en las instituciones democráticas por parte de los españoles no sanchistas ni separatistas, que son mayoría aplastante.

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Ese colapso tiene nombre y apellidos, pero afecta a todo el entorno de Sánchez: implica la banalización del delito, la bancarrota ética de quienes debían servir al Estado ante un espectáculo de trinque masivo, seguido de una ofensiva contra la Justicia que pone en riesgo los cimientos mismos de nuestra democracia. Cuando un fiscal general es condenado por filtración y un exministro entra en prisión por presunta malversación, cohecho y pertenencia a organización criminal, no cabe encogerse de hombros.

Es hora de reaccionar. Porque ya no hablamos de mentiras, de errores ni de negligencias. Hablamos de corrupción institucionalizada. La nebulosa de comisiones, contratos irregulares de mascarillas, adjudicaciones turbias, negocios con prostitutas y sobres en metálico paseándose por la sede del PSOE se ha traducido en cárceles, imputaciones y una marea de indignación que este Gobierno ha intentado tapar con propaganda y ataques a los jueces. Pero ya no basta con indignarse en la barra del bar o en redes sociales. La calle debe ocupar su espacio, porque sin presión ciudadana, sin la voz firme de quienes aún creemos en una España decente, estos episodios quedarán en maniobras de maquillaje.

La convocatoria de la manifestación de mañana domingo en Madrid, impulsada por el PP bajo la batuta de Alberto Núñez Feijóo es una protesta obligada ante el deterioro de la 'res púbica' y el desborde de la corrupción gubernamental. Feijóo ha señalado que la protesta está abierta a «cualquier persona decente», sin siglas, con el ánimo de defender el Estado de Derecho, la decencia en la política y la independencia judicial. Por eso resulta incomprensible que Vox, un partido que presume de contundencia ante la corrupción, no se sume a esta protesta masiva. La decisión de Santiago Abascal revela que su prioridad no es la regeneración del país: es debilitar al PP. Esa estrategia partidista de baja estofa equivale a vender los intereses de España por un puñado de votos. Lo que está en juego no son los votos ni los sillones: es la dignidad de todos los españoles. Vox, al rehusar acudir a esta manifestación, opta por una táctica mezquina, partidista y miope, lejos del interés nacional.

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No servirá para echar a Sánchez, porque ya ha demostrado que sabe aferrarse al poder como una lapa, pero es un deber cívico decir basta ya a tanta corrupción.

Esa noticia, la de la dimisión de Sánchez, sería una de las que más me hubiera gustado dar a los lectores en mis últimos años como director de La Gaceta. No va a poder ser, porque paso a la condición de jubilado tras casi dieciocho años al frente del periódico sin haber podido cumplir ese deseo. En todo caso, ha sido un honor ofrecer a los salmantinos las noticias de esta provincia, de España y del mundo desde un periódico que en este tiempo se ha consolidado como líder indiscutible de la información provincial. El diario queda en buenas manos y nuestros lectores seguirán teniendo aquí la mejor información y las opiniones siempre críticas con quienes atacan los intereses de Salamanca y de España.

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