Si hasta ayer había motivos sobrados para acudir a la concentración prevista para hoy a las doce del mediodía en la Plaza Mayor, con el vídeo publicado ayer sábado por el ministro de Transportes las razones para protestar ante el Gobierno sanchista se han multiplicado de forma exponencial.
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A la indignación y el enfado provocados por el hartazgo de los salmantinos ante las artimañas de Renfe se une la desfachatez de Óscar Puente, que ha intentado volver a reírse en nuestra cara con un anuncio de última hora, la enésima promesa de recuperar la cuarta frecuencia del Alvia a Madrid, como si no estuviéramos avisados de la capacidad del Ejecutivo socialcomunista para incumplir sus compromisos con esta provincia.
Son casi cuatro años esperando a que vuelvan los trenes rápidos a la capital de España. Más de mil cuatrocientos días de excusas inventadas, disculpas y subterfugios varios: que si no había demanda suficiente, que si faltan maquinistas formados para conducir los Alvia, que si no hay trenes suficientes para recuperar los servicios prepandemia… Y cuando los datos confirman que la demanda se ha desbordado y no hay manera de reservar un asiento durante dos meses, resulta que hay que esperar a que lleguen a Galicia máquinas nuevas para traer aquí las viejas. Y cuando este periódico publicaba las fotos de los Alvias aparcados en la estación de Vialia durante el tiempo que deberían cubrir el trayecto a Madrid, se argumentaba que los trenes no iban llenos…
El ministro Puente quiere tomarnos el pelo, una vez más. Pero los salmantinos nos hemos quedado sin pelo en estos cuatro años de olvido por parte de Renfe. Ahora dice el titular de Transportes que la cuarta frecuencia se recuperará antes de marzo (en este primer trimestre del año) y se olvida de que ya no nos conformamos con los mismos servicios de 2019, porque ya hace cinco años Salamanca era un clamor pidiendo un quinto Alvia a Madrid. Dice el ex alcalde vallisoletano que «ahora tenemos muchos más servicios que en 2010». Solo faltaría. En 2010 ni siquiera se había electrificado la línea hasta Medina del Campo y la única alternativa para llegar a la capital del Reino eran los antediluvianos TRD, que tardan ahora más que hace veinticinco años.
Dijo el ministro, nada más aterrizar en Transportes, que no había motivos para manifestarse hoy en la Plaza Mayor. Lo dijo en plan chulo, como es él, ignorando lo que es un clamor estruendoso en la capital y provincia. Sin escuchar la voz unánime de todas las instituciones políticas y sociales de Salamanca. Sin escuchar siquiera a sus compañeros de partido, que hoy estarán codo con codo junto a los dirigentes del PP, de Vox, del resto de las formaciones políticas más relevantes, y de todo el empresariado local, de la Universidad, de los afectados por desastre ferroviario y de representantes del mundo de la cultura, el deporte, el periodismo y la sanidad de Salamanca. Todos claman por los servicios de Alvia a Madrid eliminados durante la pandemia, por la electrificación de la línea a Fuentes de Oñoro atascada sin justificación, por la recuperación de la Vía Ruta de la Plata aplazada por el Gobierno a 2050, por los servicios que en el pasado nos unían con Lisboa y por trenes dignos que no acumulen retrasos.
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Sin buenas comunicaciones no hay futuro para Salamanca. Si el Gobierno de Pedro Sánchez ha decidido dejarnos de lado para favorecer a los separatistas, hay que gritar muy alto que no vamos a quedarnos de brazos cruzados. Hay que decir '¡basta ya!' a tanto abandono, a tanto desprecio. Y hay que decirlo todos juntos hoy en Plaza Mayor.
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