DE CALLE

Bienvenidas las migajas

Los fondos del Gobierno para arreglar centros de salud se quedan cortos y no nos hacen olvidar los proyectos pendientes

Domingo, 28 de enero 2024, 06:00

El reparto de fondos del Gobierno para arreglar centros de salud constituye una buena muestra de la forma de actuar del sanchismo en el poder. De los 579 millones de euros distribuidos en España por el Ejecutivo, a Salamanca le han concedido 3,8, un 0,6 %, que es justamente la proporción que corresponde a esta provincia en relación a su población (330.000 habitantes sobre los 48 millones de españoles).

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No podemos decir que Pedro Sánchez se haya olvidado por completo de las necesidades de esta tierra, como ha venido haciendo a lo largo de sus cinco insufribles años de mandato, pero tampoco nos ha favorecido en nada. En realidad, si tenemos en cuenta la dispersión de la población y la condición de «tierra vaciada o en proceso de vaciamiento», Salamanca se merece bastante más.

Por lo tanto, no es como para sacar pecho y mucho menos para arremeter contra otras administraciones implicadas en la sanidad, como hicieron el pasado viernes los dirigentes locales del POSE, que siguieron a rajatabla el manual de propaganda del sanchismo: te dan menos de lo que en justicia te corresponde y encima te insultan.

No es cierto, como aseguraban los socialistas charros, que Sánchez venga con la chequera a cubrir los agujeros de inversión que deja la Junta de Alfonso Fernández Mañueco. Este reparto nada tiene que ver con las mejores o peores condiciones de los centros de salud en cada autonomía o en cada provincia, porque a todas se les conceden fondos, y a Castilla y León ni un euro más de lo que le correspondería por población. Nos llegan unos dineros en un reparto lineal y por tanto injusto.

La distribución de cualquier tipo de inversiones con el único criterio de población atenta contra los principios de solidaridad interterritorial y solo consigue ahondar las diferencias entre las comunidades ricas y las pobres, entre las más pobladas y las que pierden población. Si se invierte más en Madrid, Barcelona, Bilbao, Sevilla o Valencia y menos en Zamora, Soria o Salamanca, los grandes serán cada vez más grandes y los pequeños, más pequeños.

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Los representantes del PSOE local salmantino llegaron, en su alarde de soberbia, a pedir que Mañueco haga con los consultorios de Castilla y León lo mismo que Sánchez con los centros de salud. Se olvidaron, por supuesto, de reconocer un par de detalles: el primero, que nuestra Comunidad está por encima de la media de España en cuanto a la valoración del sistema sanitario por parte de los usuarios (según el último informe del Ministerio de Sanidad correspondiente a 2022), y en segundo término, que la Región alberga nada menos que 3.638 consultorios, que son más de los que suman doce de las otras dieciséis autonomías. Eso cambia la perspectiva.

Los dirigentes socialistas insistieron también en que estos 3,8 millones destinados a aislamiento y sistemas de calefacción de trece centros de salud salmantinos «vienen del Gobierno y no de Europa». Cierto, tan cierto como que no vienen del bolsillo de Pedro Sánchez, ni de ahorros en el uso del Falcon, ni del recorte de los cientos de asesores presidenciales, ni de ninguna política de austeridad, palabra cuyo significado le suena a chino a un Ejecutivo acostumbrado al derroche y la magnanimidad sin límites con sus socios separatistas. Ese dinero viene de nuestros impuestos y el Gobierno sanchista nos lo está sacando a palos de nuestras costillas fiscales, con el mayor sablazo tributario de la historia.

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Vamos, que bienvenidas las migajas, pero con esto no aliviamos nuestra condena a la marginación, ni nos olvidamos de los Alvia, la electrificación y los otros grandes proyectos aparcados desde hace años.

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