MINUCIAS SALMANTINAS

El Guardia de Circulación en 1930

Martes, 14 de octubre 2025, 05:30

Los salmantinos, acostumbrados a circular por donde estimaban conveniente, se vieron sorprendidos un buen día con la aparición de unos agentes que levantando su brazo ... derecho, con la palma de la mano extendida, prohibían avanzar ora al peatón, ora al vehículo, bajo los arcos de la Plaza Mayor.

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Eran los tiempos en que llegó a la Jefatura el teniente del regimiento de Wad-Ras don Cayetano Muñoz Martín, nombrado el 24 de junio de 1930, dispuesto a emplear la disciplina y los valores militares en los componentes del antiguo cuerpo de agentes municipales. La principal preocupación era evitar cualquier accidente de tráfico por lo que se creó la sección especial de Circulación. Su uniforme era guerrera azul marino (sahariana blanca en verano) con 5 botones hemisféricos plateados, bolsillos arriba con insignia redonda y radiante en el izquierdo, dos bolsillos en los costados, correaje blanco de cuero formado por cinturón con hebilla plateada y bandín cruzado bajo la hombrera derecha, alzacuello blanco bajo cuello con los emblemas municipales, repetidos en las bocamangas, guantes blancos, pantalón largo y zapatos negros, amén del imprescindible silbato. En la cabeza salacot blanco con remate metálico y cinta como barboquejo.

La consabida «Quisicosa»: Un merengue en la cabeza / tienen los nuevos «guindillas» / cuyo uniforme flamante / a la ciudad acredita. / Blanca, cual copo de nieve, / es la prenda susodicha, / con la que cubre sus sesos / nuestra guardia salmantina…

Que el Cuerpo estaba perfectamente a tono con las corrientes de la vida moderna se demostró en las Ferias de setiembre de ese año, siendo don Cayetano el artífice del cambio. El servicio lo hacían los agentes en jornadas de 6 horas. Tres por la mañana y tres por la tarde, siendo 18 los guardias asignados a este servicio. Otro de los servicios era el de la Estación del ferrocarril para atender al viajero, dándole toda clase de explicaciones y facilidades para su traslado a la ciudad.

El resto de los agentes tenía un servicio de siete horas seguidas, desde las 7 de la mañana a las 2 de la tarde un grupo y otro desde las 2 hasta las 9 de la noche y finalizado este servicio se enlaza con otro que concluye con el de la mañana.

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En 1930 la plantilla era, Cabos: Casto Martín Escribano, Antonio Vasco Sánchez y Antonio San Fructuoso Martín. Guardias: Fernando Hernández Rodríguez, Ricardo Delgado Conde, Petronilo Sánchez y Sánchez, Vicente Martín González, Leoncio Blanco Macías, Joaquín Andrés Calvo, Saturnino Borrego García, Manuel García San José, Elías Hernández Sánchez, José Nieto Martín, Joaquín López Hernández, Julián Astudillo Macías, Severiano Hernández Merchán, Pablo Redondo Benito, Ramón Granados González, Antonio Santos Carrión, Fulgencio Sánchez Lucas, Laureano Villoria Prieto, Luis Santos Martín, Juan José Corrionero Lucas, Matías Carbayo Mellado, Victoriano Guerras Lucas, Natalio Sánchez González, Luis Astudillo Sánchez, Marceliano Alvarez Ramos, Agustín Valle Rodríguez, Celso González Gudino, Eusebio Sánchez Benito, José Bermejo Herrero, Segismundo Pèrez García, Zoilo Blanco Ramos.

José Manuel Delgado, Victoriano Martín Hernández, Cristóbal González Ortega, Santiago Rodríguez Cuadrado, Pedro Cuadrado Rodríguez, Anastasio Serafín Vicente, Eduardo Pérez Valle, Teodosio Rodríguez Barrado, Gaspar Beato Martín, Pablo Ramos Montero, Jacinto Haro Ramos, Domingo Matías Hernández, Andrés Blanco Sánchez, Florencio Franco Mañosa, Gerardo López Pérez, Demetrio Jato Sánchez, Zacarías Martín Cubas, Pedro Villamor Prieto, Jerónimo Lorenzo Alvarez, Victoriano Fonseca Estévez, Valentín Villa Rodríguez, Venancio Sotobal de la Iglesia, José González Comerón, Juan Ruano Alonso, Antonio Palomero González, Antonio García Fernández, José Alvarez Ramos, Francisco García Sánchez y José María Hernández García.

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El que hizo mejor carrera fue Antonio San Fructuoso que ingresó por el cupo de Serenos y llegó a Subjefe bajo los mandatos de Cayetano Muñoz Martín, Agustín Moreno Muñoz y Julián Encabo Ferrero.

Don Cayetano Muñoz fue Presidente de la Asociación Mutua de la Policía Urbana Española, puesto desde el que luchó por la creación de la Mutualidad no sólo para adquirir unos derechos pasivos, sino para fomentar los hábitos de previsión y para extender sus beneficios a Orfanatos y Cooperativas. Intentó conseguir la uniformidad del Cuerpo para toda España y en Salamanca consiguió del Ayuntamiento la dotación de un uniforme sencillo y elegante de invierno y verano, de diario y de gala, prendas de abrigo e impermeables y las insignias conforme a las categorías de los cargos.

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