Enemigo a las puertas
Para quienes no vean el problema tengo que darles malas noticias porque el entuerto que no se soluciona se engrandece, se complica y se enquista en la sociedad
Estaba recordando la vieja película de la batalla de Stalingrado durante la Segunda Guerra Mundial en la que dos tiradores de élite se intentan eliminar ... dentro del caos circundante en una ciudad ciertamente devastada. Y me viene a la cabeza por la situación general de la política en España. Dos líderes enfrentados, léase Sánchez y Feijóo, quienes en este tablero político juegan sus bazas sin avanzar realmente en sus propuestas. Me sigue llamando poderosamente la atención cuando veo a un presidente de Gobierno que no cuenta ni con apoyos ni con presupuestos y tira hacia adelante prometiendo hacer llegar a este país al 2027 sin curar heridas y además lanza una llamada de atención al futuro perfecto ganando los previsibles comicios de ese año.
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Y todavía vemos como tiene seguidores que siguen confiando en la propuesta sanchista que no socialista. Una vergüenza que, por el momento, no tiene una solución dialogada porque, a pesar de las movilizaciones populares contra las políticas del Gobierno denunciando la situación clara en la que tres ocupantes de aquel viejo Peugeot se encuentran entre rejas, a pesar de la situación judicial que viven los ocupantes de la Moncloa y añado: sin presupuestos, sin futuro claro, nada hace pensar que se mueva nadie por cambiar nuestro destino. Y sepan que nuestro destino viene muy complicado, lo estamos comprobando cada vez que acudimos al supermercado con la lista de la compra, seguimos viendo como son muchas las familias que aún teniendo ingresos por trabajo no pueden llegar a fin de mes. Más aun en este mes de diciembre en el que se multiplican las compras que, en muchos casos, se verán muy reducidas porque simplemente no se llega ni con la paga extra.
Una vez más tendremos que denunciar que se hace muy necesaria dar una vuelta de tuerca a las necesidades de los ciudadanos dejando que la justicia siga su curso mientras los políticos justos se preocupan por esas necesidades que, en muchos casos, son perentorias. Lo estamos viendo en Valencia donde no se acaban de dar soluciones a múltiples problemas diarios que van desde el arreglo de ascensores a la rehabilitación de viviendas devastadas por la dana. Pero no solo en Valencia se hace presente la falta de iniciativas también otros tantos lugares que mediáticamente resultan menos llamativos y donde vemos a ciudadanos, personas que se encuentran en callejones sin salida.
Para quienes no vean el problema tengo que darles malas noticias porque el entuerto que no se soluciona se engrandece, se complica y se enquista en la sociedad. Duele que solo veamos partidos y colores y si es así poco o nada estamos aprendiendo de la democracia que aunque nos parezca incompleta es el legado que hemos heredado para mantener una paz y progreso duraderos.