Inestabilidad

Conviene recordar quién comenzó matando antes de denunciar la exagerada y criminal respuesta de Netanyahu

El sistema electoral llamado «proporcional», que es, a nivel provincial, el que existe en España, tiende a provocar inestabilidad gubernamental, pero nunca tanta como se ... ha visto tras las elecciones generales de 2023. Después de aquellas elecciones, Pedro Sánchez (que no era el ganador) formó Gobierno con la nueva extrema izquierda. Una izquierda que apoya a tipos como Putin y a su agresión contra Ucrania, a la dictadura cubana o al dictador venezolano Nicolás Maduro, etc.., etc.

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Fuera del Gobierno, Sánchez necesitó el apoyo de los separatistas vascos (PNV y Bildu) y catalanes (ERC y Junts). Como fácilmente se puede deducir, un conjunto imposible de domesticar, en el cual cada uno tira de la cuerda para su lado. Separatistas y proetarras ¿en apoyo del Gobierno de España? Los nacionalistas de toda laya no quieren la independencia que les sacaría de la UE. Lo que sí quieren y lo van consiguiendo con Sánchez de machaca es sacar al Estado de aquellas tierras.

Así convirtió Sánchez su Gobierno -que él mismo bautizó de «progresista»- en un desgobierno incapaz de acuerdo alguno con la Oposición. Con unas políticas que, desde la elección de Trump como presidente de EE.UU., lo han sacado a menudo de las políticas comunes de la UE y de la OTAN. Así, en medio de la crisis de Oriente medio, Sánchez y sus mariachis apoyaron a los terroristas de Hamas, que habían comenzado el conflicto con una incursión en la que asesinaron a cerca de 1200 personas y secuestraron a más de 250 rehenes en el mayor atentado terrorista de su historia, dirigido contra bases militares, asentamientos de kibbutz y un festival de música.

Conviene recordar quién comenzó matando antes de denunciar la exagerada y criminal respuesta de Netanyahu.

Pasada de momento la matanza de Oriente Medio y con Trump en la Casa Blanca, Sánchez se ha visto marginado dentro de la UE y de la OTAN por esa jugada torpe a favor de Hamas, cuyos únicos responsables son Sánchez y sus secuaces.

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En cuanto a la política interior, Sánchez prometió atajar el gravísimo problema de la vivienda con la construcción de 600.000. De ellas, no se ha iniciado ni una, como tampoco se ha reunido con las Comunidades Autónomas, ni con los Ayuntamientos, que tendrían que recalificar el suelo para que las constructoras levanten casas sobre el mismo. Viviendas que en buena parte deberían ser de precio tasado, ya en venta, ya en alquiler.

¿Y qué ha hecho Sánchez para convertir la inmigración en una solución que la haga desaparecer como problema? Absolutamente nada. Eso sí, una nada muy progresista.

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