Así empezó todo

Pedro Sánchez es una personalidad completamente patológica. Cualquier profesional de la psiquiatría lo confirmará

Domingo, 21 de septiembre 2025, 05:30

El viernes pasado (19 de septiembre) Carlos Padilla publicó en The Objective una larga entrevista con el analista Ignacio Varela, donde éste, entre otras cosas de gran interés describe los orígenes políticos de Pedro Sánchez (evitaré en lo que sigue las comillas) y empezaré por la propaganda: La propaganda para ser eficaz necesita que no lo parezca. No hay cosa más nociva que la propaganda que apesta a propaganda.

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Así conoció Varela a Sánchez: Antes de oír hablar de él, me lo encontré en alguna reunión de estas que hacía José Blanco. Debí de estar como en 100 reuniones con él. Estaba en las reuniones como una planta. He pasado muchas horas en reuniones en las que estaba él. No le recuerdo un destello. Los listos eran otros. Vamos, los que pasaban por listos eran Óscar López o Antonio Hernando.

Alfredo Pérez Rubalcaba sintió la necesidad no de dimitir sino de abandonar el puesto de trabajo y el candidato obvio era Madina. Madina cometió una bonita colección de errores, entre otros exigir que el secretario general no se eligiera en un congreso sino en unas primarias. Pero también estaba Susana Díaz, que pretendía ser candidata.

En una entrevista, Susana Díaz y Pedro pactaron que ella le permitiría a él que se presentara a secretario general, pero que eso no prejuzgaba la candidatura electoral a la presidencia del Gobierno. Pedro le dijo a todo que sí, pero una semana después de ser elegido convocó un comité federal y se autoproclamó candidato electoral.

En cuanto a la salida de Sánchez de la Secretaría General, «nadie lo echó. Él perdió una votación y como resultado de haber perdido la votación, sencillamente dimitió».

Sánchez volvió tras unas primarias que Susana Díaz creía tener ganadas y que fueron en el mes de mayo de 2017. En el mes de enero, Pablo Pombo escribió un papel diciendo cómo Pedro Sánchez «os va a ganar estas primarias». Leer ese papel hoy es espeluznante, porque clavó, paso por paso cómo les iba a ganar.

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Pedro Sánchez es una personalidad completamente patológica. Cualquier profesional de la psiquiatría lo confirmará. Él siempre irá más lejos del punto en el que una persona cuerda se detiene, lo cual le da una ventaja competitiva extraordinaria. Porque donde una persona cuerda se detiene por pura prudencia, él no se detiene.

Por tanto, el único valor a defender por Sánchez es el poder como fin en sí mismo, alejado de cualquier clase de proyecto ideológico, y durante todo el tiempo. A perpetuidad.

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