Tunantes de Salamanca

Como viene siendo lo normal en él, se presentó en la sala de la palabra del Liceo pidiendo humildemente solidaridad. Manuel Muiños tiene el peso ... del mundo oscuro en el pecho y sabe que ha de continuar clamando por dar visibilidad a ese Proyecto Hombre (PH) que acoge las sombras que rondan y tunan los rincones de la fatalidad. Son los pícaros, rapaces y lazarillos de un tiempo nuevo. Hombres y mujeres de toda edad y condición social, muy lejos de aquella picaresca de la Salamanca del XVI que burlaba alguaciles por meter un mendrugo de pan ratonado en la boca o sorber a escondidas las escurrajas del vino del amo. Los protagonistas de un libro de relatos y versos a los que un voluntario de PH, José Manuel Ferreira Cunquero, ha querido 'reinsertar' y 'rehumanizar' dentro de un título que es a la vez grito y esperanza: «Tunantes de Salamanca. Regreso al hombre». Una preciosa edición de la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y Saberes, donada en su totalidad a Proyecto Hombre Salamanca para ayudar a que sigan celebrándose esas «fiestas de la verdad», tal como en PH llaman a las altas terapéuticas.

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Ferreira Cunquero, además de gran prosista y extraordinario poeta, es una de las voces más rotundas, carismáticas y reverenciadas de Salamanca. Los que lo conocen saben que abraza su alrededor con una sencillez y sinceridad irrefrenables, mirando a la gente siempre de frente y sin dejarse llevar, ya por el relumbrón, ya por los prejuicios. No podía tener Muiños mejor compañero de viaje para poner relato a la difícil existencia de estos tunantes salmantinos, víctimas de una sociedad que camina enajenada tras el utilitarismo. Porque en Ferreira se da eso de que un buen contador de historias ha de vivir intensamente cada historia y meterse en el pellejo de sus personajes. Y Ferreira Cunquero, como voluntario de PH, se ha visto lleno de heridas. Por eso sus relatos escuecen como «la vinagre». Por esos sus versos escarban «los pordentros». Durante la presentación del libro el autor confesó que agradecía a Muiños el que le hubiera 'tocado las narices' de su conciencia. Y fue cuando ambos se sonrieron con una complicidad contagiosa de esas que emocionan. La literatura ayuda a sobrevivir, a comprender realidades que no son nuestras, a leer desgraciados pensamientos que se mueven muy próximos a los círculos de la locura. Pero dice Ferreira que «nada está tan dañado como para que Dios no pueda recuperarlo». Que estos «Tunantes de Salamanca» puedan ser un «Regreso al hombre» ahora está en vender los mil ejemplares de la edición. Compren el libro. Proyecto Hombre es también Salamanca.

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