Dentro del hornazo del «Lunes de Aguas» hay mucho mito y rito y no todo son tajadas de marrano. Precisamente «El hornazo. Mito y rito» es el título del último libro presentado por el Centro de Estudios Salmantinos y cuyo autor es Santiago Juanes, uno de sus miembros numerarios. El que fuera durante tantos años cronista GACETA y voz inolvidable de la SER Salamanca, y el que viene siendo abanderado del hornazo desde lejos, puede que hasta incluso de antes de tener uso de razón. Solo así se explica que por «El bestiario» de Juanes -título de sus crónicas en este diario- hayan pasado tantos lunes de hornazo y tantas gentes. Porque Santiago es, de natural, buen epicúreo de cocinas charras y de chácharas locales, oficio del que no se jubilará nunca, aunque esta forma de explicarlo pueda llevar a que se interprete con un punto de frivolidad. Pero es que lo mejor del hornazo y de Santiago Juanes está en lo que se guarda dentro. Dentro del hornazo las chichas untuosas, y dentro del investigador y divulgador una erudición cum laude que merecería cruzar el Tormes en romería de vítores y barcas, este y todos los Lunes de Aguas de tiempos venideros.
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«El hornazo. Mito y rito» ha querido ver la luz cuando los charros ya estábamos casi en vísperas de salir al campo con el «apatusco» de la merienda; justo al día siguiente también de honrar la memoria de Cervantes y la grandeza de la literatura y de los libros. Libros de ayer y libros de hoy que, en muchos casos, han ido o irán guardando la historia y tradiciones gastronómicas de esta tierra; aunque, a decir verdad, al bachiller de Salamanca se le pasara por alto hablar a don Alonso Quijano del hornazo salmantino. ¡Cachis! Menos mal que Santiago Juanes ha podido enmendarlo. Su biblioteca personal es un olimpo de libros y gastronomía donde pueden encontrarse toda suerte de hornazos y demás viandas para un banquete sin final. En sus estantes, lo mejor y más selecto de las despensas literarias, porque Santiago Juanes se ha pasado la vida yendo al mercado de abastos a comprar libros con los que saciar sus inagotables ganas de saber.
Mito y rito, como el hornazo, está lleno de sabrosas sorpresas y afortunadamente sin prospecto médico. El autor ha querido así evitar las consejas de los dietistas para que pueda disfrutarse del Lunes de Aguas sin cargo de conciencia y sin pensar en analíticas. Mañana mismo vuelvo al pollo y las berzas, he oído decir a mi vecina de terracita a punto de hincar el diente a un trozo de hornazo de lo más apetecible. De saber que yo estaba escribiendo sobre Juanes, me hubiera preguntado dónde comprar el libro.
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