EL TENDEDERO

Ahora ganan los malos

Viernes, 5 de septiembre 2025, 05:30

Cuando era pequeño, allá por el siglo pasado (ufff qué mayor me acabo de sentir), veía pelis en las que ganaban los buenos. Me gustaba que los Goonies consiguieran salvar su pueblo, que Indiana Jones saliera ileso con el Arca de la Alianza, que Superman consiguiera rescatar a Lois…

Publicidad

Me gustaba que ganaran los buenos, porque eso pasaba, los buenos ganaban. Pero eso ya no pasa tanto, en muchas pelis los buenos ya se tienen que aguantar. Los malos son los que al final se salen con la suya y yo, pobre de mí, suelo salir del cine de esas pelis con muy mal cuerpo y la idea en la cabeza de «yo no vengo al cine a pasarlo mal».

Lo malo, lo malísimo, lo peor, es que ya eso no sólo pasa en las pelis. Los malos ya están ganando en la vida real, y en España más. Lo vemos a diario.

Porque hace nada, unos garrulos violentos han conseguido que se suspenda el final de una etapa de la Vuelta. Y me temo que va a pasar los mismo que cuando se lio en la final de la Champions de París, que empezó más de una hora tarde (a mi amigo Alberto le vino genial, que no es muy fan de la puntualidad él), nada. No va a pasar nada. O el doble, nada de nada. Ganaron los malos.

El fiscal general del estado (sí, todo en minúsculas que es lo que merece) posando sonriente delante del Rey en un acto oficial. Sin despeinarse eh. Imputado, pero tan feliz, que ya ha dejado claro su jefe Sánchez que todo es cuestión de jueces retorcidos. Ganan los malos.

El prófugo de Waterloo sigue recibiendo visitas de cargos del PSOE para postrarse a sus pies. Ahora que Santos Cerdán no pudo ir por estar en la cárcel, hasta que llegue el adecuado indulto, ya se encarga Illa de humillar a todos los españoles. El siguiente será Sánchez, si no al tiempo.

Publicidad

No olvidemos que a Puigdemont se le permitió darse un baño de masas en Barcelona y salir tan contento. Ganan los malos.

Sánchez utilizó de forma descarada la televisión que los dos pagamos, para hacerse una entrevista a medida y poder lanzar su repertorio de mentiras, para tratar de tapar los escándalos que le van salpicando. Ganan los malos.

Y los malos ganan cada vez más, con más sorna, con más descaro. Nos lo restriegan, nos humillan, nos insultan, pero nosotros no podemos decir ni mu, tenemos que estar calladitos o seremos unos fachas de extrema derecha.

Publicidad

No sé tú, pero yo estoy muy cansado de que ganen los malos.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas

Publicidad