¿Política ficción, o no? Me consta por varias fuentes que hay una operación perfectamente preparada para que el marido de Begoña (ese gran hombre, ese gran presidente del Gobierno, ese gran patriota) sea candidato al premio Nobel de la Paz. Y que lo reciba, por supuesto. Cosa bien distinta es que la citada operación termine con éxito. Lo que está haciendo después del verano el inquilino de La Moncloa forma parte de esa estrategia, y con ella ha vuelto a su gran pasión, que no es otra que la política internacional, como ya he escrito en varias ocasiones. Y, dentro de este marco, hay que situar también el que se presente como la figura de contrapeso a Donald Trump en el escenario mundial. Por cierto, que este aspira también al Premio Nobel de la Paz, como lo demuestra que días atrás anunciase a bombo y platillo que desde su llegada a la Casa Blanca se han solucionado casi una decena de conflictos. ¡Anda que si al final terminan como finalistas Trump y el marido de Begoña! Sin descartar que se lo diesen a los dos.
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Suma y sigue. Me consta también que, en Estados Unidos, la Administración Trump se está pensando muy seriamente emitir una orden internacional de busca y captura contra José Luis Rodriguez Zapatero, el adalid de la Alianza de Civilizaciones, por sus relaciones con el régimen que gobierna hoy Venezuela, al que el inquilino de la Casa Blanca tiene en el punto de mira. Si esto llegase a suceder, y esa orden llegase a la Interpol, ¿que haría España? En cualquier caso, Zapatero tendría más difícil moverse por el mundo con la libertad que lo hace actualmente, por si acaso le «echaban el guante».
Volviendo al marido de Begoña, no acabo de entender muy bien cómo es posible que ande por el mundo presentándose como el campeón de la paz, como el gran defensor del derecho internacional, mientras aquí, en España, su Gobierno niega las exenciones fiscales a la celebración del Quinto Centenario de la Escuela de Salamanca, que dio origen el derecho de gentes y abrió las puertas de esta disciplina. ¿Acaso sabrá Sánchez quién fue Francisco de Vitoria y lo que hizo? En su caso puede que albergue alguna duda, pero, de lo que estoy seguro es de que María Jesús Montero, la vicepresidenta y ministra de Hacienda, encargada de dar el visto bueno a esa medida fiscal, no debe saber de la existencia de la Escuela de Salamanca. Visto lo anterior, habrá que poner en duda esa campaña publicitaria del régimen sanchista que nos inunda bajo el lema de «lo que das vuelve. Lo que das cuando pagamos impuestos, vuelve a ti, vuelve a todos». Otro tanto se puede decir de los afectados por el incendio de Cipérez, a los que el sanchista Luis Planas ha dejado fuera de las ayudas. Por lo menos, eso es lo que se deduce de lo que está escrito. Otra cosa es lo que digan de viva voz los comisarios políticos del Ministerio de Agricultura, porque ya sabemos que las palabras se las lleva el viento.
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