LA TRASTIENDA

¡Haya paz, Javier de Paz!

Se trata de uno de los que parten el bacalao, lo que puede costarnos un «dinerín» a los españoles

Viernes, 22 de diciembre 2023, 05:30

Escribo en las vísperas de la Noche de Paz por excelencia. Y lo hago para desear lo mejor a Javier de Paz. ¿Quién es Javier de Paz? Se trata de una de esas personas que tiene mucho mérito. En su caso no es de aplicación aquello de «ni oficio, ni beneficio». Tiene mucho «oficio» para «lo suyo», que es enredar, de lo que ha sacado también un gran «beneficio». Sin estudios de relumbrón, ni carrera universitaria, ni «masteres», salvo los que le ha proporcionado la vida, comenzó su andadura como secretario general de las Juventudes Socialistas, unos años después, de haber nacido en Valladolid. Más tarde, en tiempos de Felipe González, llegó al puesto de director general de Comercio Interior, sin preparación específica. A partir de ahí, casi todo vino rodado, porque no perdió ripio: estuvo en las Cámaras de Comercio; «hibernó» de forma más que pasable en la época de los gobiernos de Aznar y, cuando llegó Zapatero al poder, resucitó en la presidencia de Mercasa. La verdad es que le ofrecieron puestos de mayor importancia, que él rechazó, y pidió esta empresa pública porque el sueldo era abundante, no había mucho que hacer y tenía tiempo libre para «enredar» y servir de lazo de unión entre el mundo empresarial y su amigo Rodriguez Zapatero. Por resumirlo brevemente, entraba en La Moncloa como Pedro por su casa.

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Y, durante el mandato de Zapatero, saltó a Telefónica. Desde entonces es consejero y algo más.

Cuando llegó Rajoy al poder tuvo la suficiente habilidad para seguir colocado ahí, a la vera de César Alierta, primero, y de Álvarez Pallete, después, actuando de enlace entre los del PP y los del PSOE, por un lado, y pintando mucho en los enredos político-empresariales del mundo de la comunicación. Tras la aparición de Pedro Sánchez, sigue desempeñando un papel fundamental en Telefónica engrasando las relaciones con el nuevo Ejecutivo, con permiso de Miguel Barroso. Y ahí está ahora mismo, en toda la pomada, con gran discreción. Porque, eso sí, una de las mayores habilidades de este oscuro (entendiendo como tal que siempre quiere estar en la trastienda) personaje es moverse en un discreto segundo plano y que solo sepan de su poder e influencia los que deben saberlo. Y así llegamos a la situación actual, convertido todavía más en una de las manos derechas e izquierdas de Álvarez Pallete, y participando a tope en todo lo que está sucediendo en torno a Telefónica, comenzando por la entrada de los saudíes y ahora en la «Operación Matilde».

Permítame, querido lector, que denomine así al anuncio hecho por el Gobierno del intento de compra a través de la SEPI de hasta el 10 por ciento de las acciones de Telefónica, conocidas tiempo atrás como «matildes». Javier de Paz es uno de los que parten el bacalao, lo que puede costarnos un «dinerín» a todos los contribuyentes españoles. No sé cuánta «pasta» nos tocará poner, pero estoy seguro de que él sacará «tajada».

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