Cuatro años de cárcel e inhabilitación para los acusados del fraude cárnico
La Audiencia Provincial condena a los cuatro por un delito de estafa
m.c.
Sábado, 18 de marzo 2017, 15:02
Transcurridos más de diez años desde los hechos, al menos dos suspensiones del juicio y con el principal encausado en rebeldía, la Audiencia Provincial de Salamanca ha dictado sentencia en el caso del fraude cárnico millonario que en el año 2006 afectó al menos a cinco empresas de las comarcas de Béjar y Guijuelo.El alto tribunal condena a los cuatro acusados por igual como autores de un delito de estafa agravada conforme a la millonaria cuantía e impone una pena de cuatro años de prisión a cada uno de ellos, así como su inhabilitación para el ejercicio de la profesión de comerciantes y/o administradores, así como cualquier tipo de actividad mercantil. La sentencia, a la que ha tenido acceso LA GACETA, acuerda además el pago de 1.800 euros de multa y la devolución de la cantidad total estafada que finalmente ha sido cifrada en 1.700.000 euros en números redondos.Conforme a las tesis del fiscal, que solicitaba la misma pena para cada uno de los acusados —E.P.B., J.C.A., M.D.L.V.A. y J.A.C.—, la Audiencia Provincial declara probada que todos ellos integraban una trama fraudulenta que engañó a los afectados por el método del timo ‘del nazareno’.En el caso del último acusado, J.A.C., la Audiencia Provincial dictó el pasado noviembre orden de detención internacional tras huir a Alemania, de manera que permanece en rebeldía.En el conocido como timo ‘del nazareno’, señala la enciclopedia libre o wikipedia, el timador (conocido como el nazareno) se gana primero la confianza de la empresa proveedora haciendo pequeños pedidos que paga rápidamente. Para generar tal confianza, el timador ofrece como fachada una empresa de apariencia solvente, de la que aporta todos los documentos necesarios convenientemente falsificados. Generada tal confianza en la víctima, el nazareno realiza una compra de mucho más valor, que paga esta vez con letras de cambio o pagarés. Recibido el producto, el nazareno revende la mercancía y desaparece. Cuando la víctima denuncia, nunca sabe realmente los datos del timador, ya que la empresa está a nombre de testaferros insolventes, mientras que el verdadero timador y cabeza de la trama, no se sabe quién es.
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