El soccer habla charro
Los futbolistas Marcos Báez y Sergio Sánchez aterrizan becados en Estados Unidos para formarse académica y deportivamente
Pablo Torres
Salamanca
Lunes, 11 de agosto 2025, 10:41
El caso de Álvaro García Pascual y el Sevilla se ha convertido en una referencia para los jóvenes que marchan a Estados Unidos en busca de suerte. Cruzar el charco para seguir formándose futbolísticamente es un tren que solo pasa una vez en la vida, y por eso muchos optan por hacer las maletas, aunque sea una decisión difícil.
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Este es el caso de Marcos Báez, un salmantino de 22 años que dejó el CD Soneja este verano para poner rumbo a la Universidad de Emory & Henry, en Virginia. «Creo que era una decisión beneficiosa tanto académica como futbolísticamente, y pensando que siempre es bueno tener experiencias diferentes, decidí marcharme», explicaba el joven. Pero es cierto que el proceso no ha sido nada fácil, ya que la visa no llegaba a tramitarse. «Estando en pleno agosto, me quedaría sin equipo, con la mayoría de los equipos cerrados, y me daba un poco de miedo», confesaba. Sin embargo, toda espera merece la pena, y más cuando se trata de una oportunidad así. «Otros años ya me habían llamado, pero este año fue una propuesta muy interesante. Es verdad que podía haber aprovechado mi último año en España como sub-23, porque contaba con ofertas de Segunda Federación, pero esta opción era irrechazable.»
Marcos no es el único que ha tomado esta decisión. Sergio Sánchez, exjugador de la UDSM en Tercera Federación, marchó hace un año a la Universidad de Mercyhurst. «No es una decisión que se toma a la ligera, pero se supone que merece la pena. Al final, cuando sacrificas unas cosas es porque vas a tener una buena recompensa», afirmaba. Aunque no todo es tan fácil como parece. «Al final, la gente solo se fija en que estás jugando al fútbol, y siempre hay momentos malos que se hacen más difíciles al estar lejos de casa.» Y añadía entre risas: «Parece mentira, pero echas de menos cosas como la comida. Como en España no se come en ningún sitio.» Aun así, todos esos malos momentos son más llevaderos con los compañeros españoles con los que comparte vestuario. «Al final son plantillas muy diversas, pero se forma una pequeña familia.»
Ahora mismo, ambos charros se encuentran machacándose con los duros entrenamientos de pretemporada. Y es que, sin duda, coinciden en que son semanas con mucha carga, pero también emocionantes. «Estoy muy ilusionado con esta nueva etapa: quiero manejar el idioma al completo, conocer otra cultura y ver mundo, porque, al fin y al cabo, voy a poder visitar un montón de sitios que no todo el mundo puede», explicaba Marcos. Mientras tanto, Sergio está volviendo a acostumbrarse a su rutina, centrada únicamente en el fútbol. «Simplemente organizas tu día en función de la hora a la que tienes los entrenamientos o los partidos, los viajes... porque se pierden muchas clases», explicaba.
Tanto Sergio como Marcos son conscientes de que en Estados Unidos el fútbol es totalmente diferente. «La manera de competir es muy distinta. Aquí, en Estados Unidos, la liga dura tan solo cuatro meses, con varios partidos a la semana; es muy intensa. Mientras, en España, el conocimiento del fútbol prácticamente está en todos los vestuarios y se compite con una idea de juego propia», decía Sergio tras su año de experiencia.
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Ambos compartieron vestuario durante cinco años en la cantera del Santa Marta; sin embargo, separaron sus caminos cuando Marcos fichó por la Cultural Leonesa. No obstante, están unidos por un mismo objetivo: que esta experiencia les sirva como un impulso tanto en su carrera futbolística como laboral. «Creo que es el principal motivo por el que todo el mundo acaba viniendo aquí a estudiar: para aprovechar las oportunidades que ofrece el sistema académico de Estados Unidos», explicaba Marcos. Incluso Sergio no quiso olvidarse del crecimiento personal que suponen estas vivencias. «Nosotros realmente no pisamos por casa: estamos todo el día por el campus, en clase, entrenando, en el fisio... No paramos. Entonces aprendes a organizarte tú solo», afirmaba.
Finalmente, quiso acordarse de su excompañero Marcos: «Lo primero, desearle mucha suerte, aunque no la necesitará, porque nivel siempre ha tenido de sobra. Lo único que puedo decirle es que apriete con las clases y con el inglés, porque no solo es jugar al fútbol».
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