Triunfo inapelable del Salamanca UDS frente a la Sarriana (2-1)

El conjunto de Jorge García firma un encuentro completísimo marcado por fallos garrafales en los remates. Carrasco y Servetti le dieron la vuelta al tanto inicial de Tomás Berardozzi. El choque tuvo que acabar en goleada

Iván Ramajo

Salamanca

Sábado, 11 de octubre 2025, 18:57

El Salamanca UDS firmó un triunfo inapelable frente a la SD Sarriana en el tercer capítulo del exilio de Las Pistas. Le costó amarrarlo al equipo de Jorge García, porque los fallos garrafales de cara a la portería rival le llevaron a tener que apurar el encuentro hasta el minuto 87 para cerrar el tercer triunfo seguido. Y el de más valor de todos, por el cómo.

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Jorge García hizo dos cambios con respecto al triunfo en Sámano del domingo pasado: Leo Mendes le ganó la partida a Jon Villanueva en la portería, y Javi Delgado a Servetti en la punta de ataque. La continuidad en el resto del once la agradeció el equipo de manera bárbara, adueñándose del balón (y del partido) de cabo a rabo. Además, bajo unos parámetros muy reconocibles: la profundidad por bandas, la defensa adelantadísima —por momentos fijada más allá del círculo central— y una movilidad exquisita de los hombres interiores. Luego, hay que anotar que la escoba de Álex Alba funcionó de lujo: siempre bien ubicado y atento.

No debió de tener más de cinco minutos, en todo el montante del primer tiempo, la SD Sarriana, que, sin embargo, exprimió al máximo esos pequeñísimos tramos de posesión del esférico. Sin ir más lejos, la primera vez que encaró la meta de Leo Mendes encontró la veta del gol. Una falta tontita de Carrasco en la línea divisoria de campos la convirtió en oro el conjunto gallego, que buscó a Tomás Berardozzi en el costado izquierdo mientras se desmarcaba a lo bajini. La acción ensayada le salió perfecta, como el remate con el exterior de la bota. El clic con el que despachó al portero blanquinegro sonó a crash cuando el balón besó la red.

En el minuto 15 resultaba sorprendente que la SD Sarriana estuviera por delante, porque para entonces los blanquinegros ya habían desaprovechado dos ocasiones más o menos claras: una de Cristeto, al primer palo, nada más abrirse fuego el encuentro; y una segunda de Mancebo —cantada— que mandó por encima del travesaño por una milésima. Cuando Fernández Buergo mandó a los jugadores a vestuarios, era sencillamente increíble. La colección de ocasiones falladas por el conjunto de Jorge García era vastísima.

De entre todas ellas, caben señalar los fallos clamorosos de Abraham en el punto de penalti, superada la media hora de juego; otra doble ocasión en la que Pirot —que sostuvo a su equipo con muchas y buenas intervenciones— salvó el mano a mano con los pies, para que acto seguido sus defensas sacaran en la misma línea de gol el empate. Hubo un cabezazo final de Javi Delgado que le dolió a Las Pistas en el alma, por ser la enésima, y porque su remate había logrado superar al portero, pero no al travesaño con el que se topó. La jugada que precedió a esa ocasión fue deliciosa, por cómo la construyó el conjunto blanquinegro, que fue picando piedra hasta abrir un cráter en la banda izquierda, desde donde Carrasco se gustó en el centro.

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El segundo acto se abrió con los mismos 22 jugadores y, por tanto, con la misma filosofía de partido. No había pasado un minuto y el Salamanca UDS ya sumaba otra ocasión más fallada —nuevamente Javi Delgado—. Fue la última, porque en la siguiente aproximación al área, de la manera menos ortodoxa y bobalicona, el conjunto blanquinegro puso las tablas de manera merecidísima y mucho más tarde de lo que hubiera deseado.

La acción del empate nació con Cristeto haciendo funambulismo en el costado izquierdo del área de Pirot; lo que valió para que Pulpón ganara la línea de fondo con claridad y se sacara de la chistera un pase de la muerte que mató a Pirot y a su defensa. En el tuya-mía no se entendieron, y Carrasco fue el más listo de la clase para forzar el gol.

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El tanto no le cambió el chip en los remates al Salamanca UDS, que siguió fallando goles cantados; especialmente Javi Delgado, al que se le escurrió una ocasión a bocajarro de manera clamorosa. Insistió en el triunfo el conjunto blanquinegro hasta que, por fin, se llevó el gato al agua en un gran centro de Tomi por banda derecha que Servetti mandó al fondo de la red con un testarazo inapelable. Como el triunfo.

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