El plan más terrorífico en Halloween de todo Castilla y León: un colosal set de cine que es gratis visitar
El valle de Mirandilla ofrece una experiencia única gracias a los vestigios de un set de rodaje
La Gaceta
Salamanca
Viernes, 17 de octubre 2025, 17:00
Con la llegada de Halloween, los planes más misteriosos y con un punto de adrenalina se vuelven irresistibles para quienes buscan algo diferente. No hace falta cruzar el Atlántico hasta Salem, ni viajar a Bélmez de la Moraleda para ver los famosos rostros en las paredes. En Castilla y León hay un lugar que parece sacado de una película… y lo está.
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Se trata del cementerio de 'Sad Hill', el escenario donde Sergio Leone rodó la escena final de 'El bueno, el feo y el malo', uno de los duelos más famosos del cine. Allí, en medio del valle de Mirandilla, en Burgos, Clint Eastwood, Eli Wallach y Lee Van Cleef se enfrentaron por un tesoro escondido bajo una tumba mientras sonaba la inolvidable música de Ennio Morricone.
El cementerio fue construido en solo tres días por el ejército español en 1966, para recrear el escenario del duelo final. Hoy, el lugar sigue en pie y conserva una atmósfera muy especial, sobre todo en estas fechas, cuando el otoño y la niebla le dan un aire aún más fantasmal.
Llegar no es difícil, aunque el camino tiene su encanto. Desde Contreras hay que recorrer unos tres kilómetros de pista de tierra con muchos badenes, pensados para que nadie corra demasiado. Al final del trayecto, una valla explica la historia del rodaje y, junto a ella, una estatua de Clint Eastwood da la bienvenida a un campo repleto de tumbas. Algunas llevan nombres tan curiosos como Metallica, SFDK, Chiquito de la Calzada o Paco de Lucía, un detalle que combina el homenaje con el humor.
Y ya que uno se desplaza hasta este rincón burgalés, merece la pena aprovechar el viaje. A media hora está el Centro de Visitantes del Árbol Fósil, en Hacinas, donde se recrea un ambiente de hace 120 millones de años, y también el Monasterio de San Pedro de Arlanza, una joya del románico escondida entre montañas.
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El plan se puede completar paseando por Santo Domingo de Silos, con su monasterio, su biblioteca y sus calles silenciosas que parecen detenidas en el tiempo. Y si queda energía, nada mejor que perderse entre los valles y peñas de la Sierra de la Demanda, un escenario natural que, igual que Sad Hill, parece hecho para el cine.
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