Una imagen del Camp Nou y las butacas ubicadas en el pueblo. |

El pueblo de Castilla y León que presume de tener las butacas del Camp Nou

Los vecinos de la localidad disfrutan de los asientos que fueron testigo de los más grandes del fútbol

La Gaceta

CASTILLA Y LEÓN

Miércoles, 1 de octubre 2025, 12:58

En el corazón de la España más rural, donde los pequeños municipios conservan historias únicas y sorprendentes, existe un lugar que guarda un insólito vínculo con uno de los estadios más icónicos del fútbol mundial. Sus calles y plazas no tienen bancos tradicionales donde sentarse, pero en su lugar, los vecinos descansan sobre auténticas butacas del Camp Nou, que en su día fueron testigos de los goles de Johan Cruyff, Diego Armando Maradona o Ronald Koeman.

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Lo que podría parecer una excentricidad sin sentido tiene detrás una historia que combina azar, ingenio y un golpe de suerte. Para encontrar el origen de este curioso fenómeno, hay que retroceder a finales de los años 90, cuando el FC Barcelona iniciaba una transformación en su estadio. El destino de sus antiguas butacas podría haber sido un almacén cualquiera, pero en su lugar, tomaron rumbo a más de 500 kilómetros de distancia, hasta llegar a un pequeño pueblo soriano.

Del Camp Nou a un rincón de Soria: la historia detrás de las butacas

El protagonista de esta historia es Aurelio Zayas Santos, un vecino del pueblo que en aquella época trabajaba en un bar de Barcelona, el Bar Marcelino, ubicado cerca del funicular de Montjuïc. Su trabajo en el establecimiento le permitía tratar con clientes de todo tipo, incluidos algunos con cierta influencia en la ciudad condal.

En esos años, el Camp Nou se encontraba en pleno proceso de modernización para adaptarse a la normativa de la época, lo que implicaba el retiro masivo de asientos. Aurelio, con su olfato para detectar oportunidades, descubrió que miles de estas butacas estaban almacenadas en una piscina municipal de Barcelona sin un destino claro. Viendo la posibilidad de aprovecharlas para su pueblo natal, movió algunos contactos y comenzó a gestionar la posibilidad de trasladarlas.

La burocracia del Ayuntamiento de Barcelona no era sencilla, pero gracias a la intervención de Dolors Ricart, entonces subdirectora de la Fundación Joan Miró, se consiguió una solución. Se acordó que las sillas serían cedidas gratuitamente, con la condición de que debían ser retiradas en un plazo máximo de 24 horas.

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El 4 de mayo de 1998 se cerró el acuerdo, y apenas seis días después, el 10 de mayo, las butacas ya estaban instaladas en su nuevo hogar. En un principio, el convenio establecía que se enviarían 1.000 sillas, pero finalmente se lograron transportar 1.700, cargadas en camiones que recorrieron toda la península hasta llegar a Langa de Duero, el pequeño pueblo de Soria que se convertiría en el nuevo hogar de una parte de la historia del FC Barcelona.

Un estadio con butacas del Barça y un pueblo entero con su huella

Una vez llegaron a su destino, las butacas fueron colocadas en diferentes puntos del pueblo. La instalación más importante tuvo lugar en el Centro Municipal Las Heras, donde juega el CD Langa, bicampeón provincial y orgullo deportivo de la localidad. Sin embargo, el número de asientos era tan grande que el Ayuntamiento decidió distribuirlos también por las calles, plazas y espaciospúblicos.

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Lo más llamativo es que Langa de Duero no cuenta con bancos en sus calles, por lo que las butacas del Camp Nou se han convertido en el principal mobiliario urbano para que los vecinos descansen o conversen. El impacto fue tal que incluso algunos municipios cercanos, como Bocigas de Perales o Valdanzuelo, recibieron parte de estas icónicas sillas.

Un legado inesperado en la historia del pueblo

A día de hoy, las butacas del Camp Nou siguen formando parte del paisaje de Langa de Duero, recordando una historia que une a este pequeño pueblo con el fútbol de élite. Lo que comenzó como una casualidad se ha convertido en una de las grandes peculiaridades de la región, atrayendo la curiosidad de visitantes y aficionados al fútbol que no pueden evitar sorprenderse ante la anécdota y el mobiliario urbano.

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Así lo relataba la cuenta de Instagram esferica.club, cuyo post alcanzaba los 24.000 me gusta de todos los amantes del fútbol y las curiosidades relacionadas con este deporte.

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