Resuelto los misterios del «extra» y de la paja

Ya hay un ternero de 1.300 euros. Se llama «extra» y se le distingue porque es mejor que el «primera». Y para el que dude y diga que eso es subjetivo, se le diferencia igual que se diferencia a un «primera» de un «segunda». Yahí no hay debate. Dicen que se sabe. Y como se sabe, vale más. Lo que se ha hecho es simplemente ponerle precio, aunque lo tuviera. Porque el que tenía era tan invisible como inservible. Por caro. Por pasarse del mapa. Por la estrategia de los tratantes de ponerlo intratable para que nadie tratara con él. Y el que no esté de acuerdo, que hubiera estado en la mesa. Que si el primer precio fue jugada maestra, lo de ayer no estuvo a la zaga. Porque faltaron los compradores más defensores de que el ternero «extra» es sólo ese azul belga a tope de pesas. La Diputación aprovechó un día de ausencias para cortar el debate y dejó claro que el ternero «extra» es lo que es y lo que era hace 12 años. Sin importarle que en la misma mesa hubiera quien asegurara que aún no sabe lo que es. Ni hacer como otras veces, lo de dejar el debate para ese otro día que luego no llega. El misterio del ternero «extra» quedo resuelto. Y luego hubo dos sorpresas: una, que al levantarse de la mesa hubiera extrañeza pero no quejas por parte del sector comprador. Y la otra, la de que nunca antes un descenso de precio había encarecido tanto a un ternero. No gustó en el mercado. Por lo que supone. Que es pagar más. Y porque abre el debate sobre si ese u otro ternero es o no es. Porque ahora si resulta que es, que es un «extra», son 6,50. Y se resolvió el misterio de la paja. Que al final no fueron los 36, que fueron los 35. Pero se veía venir. Y ahora no hay misterio en si el agricultor ganará dinero con este precio. Que va a estar complicado. Tampoco hay misterio en si vende o no la cosecha. Que está a la espera. A ver qué pasa y por si sube. Que ya se sabe lo que pasó en 2021, que empezó la cebada en los 195 y acabó noviembre en 292. Y que la esperanza es lo último que se pierde. Y se ve que hay margen para esperar. Este misterio, el de la cosecha, es el que aún no está resuelto.