DE CAMPO

El bla bla bla

En nada, como que se aparcará el debate sobre los incendios. Se dejará de hablar. Dejará de interesar. Que ya lo hemos vivido. Cuando vuelva la rutina. Cuando los pueblos vuelvan a quedarse vacíos. Será como si no hubiera pasado. Salvo si hay elecciones. Entonces saldrá del cajón el pirómano de aquí o de allá. Que si me lo llamas a mí, me sienta mal; que si te lo llamo yo, será porque lo eres. Y así estamos, en un juego de niños. Y al del pueblo le importará lo de ahora, las ayudas. Y lo de mañana. El que no se le vuelva a quemar. Y sin ayuda, a lo mejor hace la maleta y a otra parte. Pero que no vuelva a pasar. Que hablan de ganadería extensiva, de que es necesaria, pero en agosto, cuando no hay nada de qué hablar. Que no se sienta el Gobierno y llama a las comunidades y antes de anunciar las ayudas de hoy, se coordina. Y ve qué necesitan, que algo sabrán. Y no pone sobre la mesa cómo hacer para que más ganaderos se queden en el campo, por ejemplo. Y que vayan todos a una. Si es que el ganado evita los incendios. Si es que interesa que se frenen los incendios. Si es que queremos ganaderos. Que ya entran dudas. Que parece que lo de los incendios es lucha política y sin más. Y de verano. Y a lo mejor es que los pueblos sólo interesan en verano. Que es cuando los veraneantes se quejan de lo mal que está el pueblo. Que es cuando preguntan cómo está así eso. Y cuando llega septiembre se baja el telón y ahí se queda el pueblo y el campo. Y al que está, se le ponen problemas para seguir. Y a lo mejor hay que plantearse ayudar al que se queda y facilitar que haya ganado. Y analizar si tienen razón los que se quejan de que no se puede tocar el monte porque casi todo está prohibido. Que se quemó lo de Cipérez y allí había vacas, pero más zarzas. Que a lo mejor hay que sentarse y hablar de las encinas. O ver si por salvar una planta y negar un desbroce se pone en peligro el monte y se quema luego también esa planta. Y ver si hay que recuperar cortafuegos o dejarlo estar.Y pensar qué hacemos con los pueblos, que mueren. Y no es obligar a teletrabajar, que el que se quede será porque quiere. Y al que quiere y se queda, a lo mejor tiene que reconocérsele. Para que cuando llegue el verano y vuelvan los veraneantes, el campo esté limpio y el pueblo, bonito. A lo mejor es que no se quiere hacer nada. Sólo hablar. Dejarlo estar. Que se habla de que al ganadero le echa la burocracia y el papeleo va a más. Que si se quiere, a lo mejor se puede. Que hay bla bla ba. Que no es serio.

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