Salvo sorpresa de las gordas, que tampoco se debe descartar totalmente visto lo visto, Pedro Sánchez continuará durmiendo en La Moncloa, una vez que se cierre la sesión de investidura el próximo jueves. Dando esto por hecho, toca preguntarse por los miembros de su futuro Gobierno con competencias en materia de política agraria y medioambiental entendida en sentido amplio. La primera cuestión es si ¿continuará Planas en el Ministerio de Agricultura, cambiará de departamento o saldrá del Gobierno? El susodicho está deseando abandonar el Ministerio de Agricultura y pasar al de Asuntos Exteriores y, si no es posible, pues ser el próximo miembro de la Comisión Europea de nacionalidad española. Luis Planas pretende largarse de un departamento en el que hay administrados directos, como son en este caso los agricultores y ganaderos, y, dado que fue embajador político en Marruecos y ante la UE, quiere hacerse con el Ministerio de Asuntos Exteriores. Ya lo intentó años atrás sin éxito. Veremos si lo consigue ahora. No hay que olvidar que es uno de los protegidos de Pedro Sánchez y durante los últimos días ha acudido en socorro del presidente del Gobierno en público. Primero, mostrando una foto de su voto afirmativo en la consulta a los socialistas sobre la amnistía; después, cambiando de opinión sobre la amnistía en relación con la que mantuvo en 2019, por ejemplo, cuando decía que esa figura no cabía en la Constitución. Su penúltima actuación es la relativa a la toma de muestras de tierra por las bravas en 16.000 explotaciones para medir el efecto carbono; pero eso lo dejo para otro día.
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Más claro está el futuro de Teresa Ribera. También salvo sorpresa de última hora, y de las gordas, debería continuar al frente de Transición Ecológica, un ministerio clave para los intereses del campo español. Conviene recordar que de este departamento depende ahora la política en materia de agua y, por lo tanto, los regadíos. Asimismo, todo lo relacionado con el medio ambiente y la protección del lobo, en perjuicio de los ganaderos. El último acto protagonizado por Teresa Ribera tuvo lugar el jueves pasado en su calidad de presidenta durante este semestre del Consejo de Ministros de la UE. Desde este puesto, y en estrecha coordinación con el eurodiputado socialista español César Luena, contribuyó a cerrar un acuerdo entre el Consejo y el Parlamento Europeo sobre la futura norma para Restauración de la Naturaleza. Traducido esto último en dos ideas significa, primero, que el sector agrario sí estará afectado por este reglamento, especialmente las explotaciones situadas en las zonas de la Red Natura; en segundo lugar, que los titulares de esas explotaciones tendrán más trabas, cortapisas y mayores costes de producción para ejercer su actividad. Y todo ello gracias en parte a las gestiones de Ribera y Luena. Y eso sin entrar en muchos más detalles.
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