Por lo menos en Castilla y León el campo ya se ha levantado. A finales de la semana pasada, Planas se despachó diciendo que, si Bruselas hubiese dialogado antes, no se habría llegado a esta situación. También aprovechó la coyuntura para culpar a la Comisión Europea de todos los males. ¡Qué duda cabe de que los de la capital de la UE tienen una parte de culpa, pero el Gobierno de España tampoco se va de rositas! Pongo un ejemplo: ¿por qué nuestro país es el único Estado miembro de la UE que ha hecho obligatorio el llamado Cuaderno Digital desde este mismo año? Eso no lo han decidido en Bruselas, eso lo han impuesto aquí, desde Madrid, Luis Planas y su equipo, bien de «motu proprio», o bien porque han llegado esas instrucciones desde el Ministerio para la Transición Ecológica de Teresa Ribera. Sea como sea, el resultado es el mismo.
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Volviendo a lo del principio, conviene tener claras algunas ideas para evitar que se confunda a la gente. La primera es que las propuestas iniciales que han dado lugar a la nueva PAC, que tantas protestas están levantando por el aumento de la carga burocrática, salieron de la Comisión Europea. Por lo tanto, es responsable. La segunda idea es que fueron aprobadas con modificaciones por los Estados miembros, a través de los ministros de Agricultura, y por el Parlamento Europeo, que también introdujo sus cambios. Por lo tanto, todas las Instituciones tienen parte de culpa. En tercer lugar, conviene no olvidar que Luis Planas, en su calidad de ministro de Agricultura, dio su visto bueno al acuerdo sobre la nueva PAC del que ahora pretende desmarcarse. En cuarto lugar, hay que destacar que las normas que llegaron de Bruselas dejaban bastante libertad a los Estados miembros para su aplicación. Y, aquí, en España, Luis Planas impuso el Plan Estratégico de la PAC a los consejeros de las Comunidades Autónomas. Además, él y su equipo fueron fueron más papistas que el Papa y dieron unas vueltas de tuerca adicionales a lo que llegaba de Bruselas: véase el ejemplo del Cuaderno de Campo digital citado anteriormente. Finalmente, alguna Comunidad Autónoma puede haber puesto algo de su parte también, no digo yo que no.
Por eso resulta de una desfachatez homérica que Planas pretenda desvincularse ahora de lo que ha pasado y culpar a Bruselas. Por cierto, y ya que estoy con lo de la Comisión Europea, su presidenta ha anunciado medidas para hacer la PAC más flexible. Y eso es para echarse a temblar, porque cada vez que desde la capital comunitaria anuncian ese propósito sucede justamente lo contrario, porque las normas se complican todavía más y la carga burocrática se hace más pesada.
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