Si no se produce un milagro de última hora durante las veinticuatro que faltan para que la Comisión Europea presente sus propuestas de Marco Financiero de la UE 2028-34 y sobre la nueva PAC, ya puede decirse que esta política, la única común de verdad y la que ha sido la espina dorsal del proceso de construcción comunitario, pasará a mejor vida. Y lo más grave de todo es que la culpa de ello, el acta de defunción, va a estar rubricado por un Colegio de Comisarios (el de von der Leyen II) con amplia mayoría del Partido Popular Europeo (PPE), que se presentaba hasta ahora como el partido del campo y el defensor de los agricultores y ganaderos europeos. Sin embargo, por lo que se ha filtrado desde Bruselas, nada más dejos de la realidad. Además, estas propuestas, insisto si se mantienen en los términos que conocimos ayer, dejan a los pies de los caballos al comisario de Agricultura, el luxemburgués Hansen, que fue muy bien acogido por el sector agrario, por proceder del mismo, pero que se ha revelado como un «bluf» sin peso político alguno en esta Comisión Europea.
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Primer punto: de lo que se ha conocido ayer se desprende que la PAC, y más en concreto su dinero, pierden su autonomía y su independencia. Sus fondos pasan a engrosar otros instrumentos financieros más amplios. Hasta ahora el dinero que se fijaba para la PAC era intocable. Una vez que se establecía, debía dedicarse a esos fines y las autoridades correspondientes lo gestionaban como consideraban oportuno.
Cuando entre en vigor el nuevo Marco Financiero de la UE a partir de 2028, eso habrá pasado a la historia, salvo que durante las negociaciones en el seno del Consejo de Ministros y el Parlamento Europeo se cambie totalmente la propuesta de la Comisión Europea (insisto en lo filtrado hasta ahora). Von der Leyen, Ribera y demás verdugos se han conjurado para terminar con la PAC tal y como la conocemos actualmente, después de más de sesenta años: si no hay dinero autónomo y dedicado única y exclusivamente a esta política, se puede dar por muerta.
Segundo punto: a la hora de escribir esta columna desconocemos cuanto dinero habrá para financiar la PAC. Se habla de que continuará un sistema de ayudas directas, pero no se ha filtrado la cantidad exacta de recursos con la que contará.
Todo apunta (ojalá me equivoque) a un «tajo» significativo en las cifras actuales, lo que unido al efecto de la inflación desde 2021 y a la que habrá en el periodo 2028-34, hará que el recorte real sea todavía mucho mayor. En resumidas cuentas: menos dinero, falta de garantía de que ese dinero sea solo para la PAC y pérdida de la autonomía y de la independencia de esta última. Descanse en PAC tal y como la conocemos ahora, salvo milagro de última hora.
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