Los dos grandes retos que tiene la Unión Europea (UE) durante el curso político que acaba de comenzar, y que afectan a los agricultores y ganaderos de Salamanca, son la negociación del Marco Presupuestario 2028-34, del que dependerá el dinero de la PAC para el mismo periodo de tiempo y, en paralelo, la otra negociación sobre la reforma de esa misma política. Ahora habría que añadir uno más, que se puede englobar bajo la denominación de «cuestiones comerciales». En circunstancias normales, la gestión de todos estos asuntos es ya de por si muy complicada. Pero ahora estas dificultades se acrecientan debido a dos hechos que han aparecido de pronto: la situación política en Francia, a punto de estallar por la confluencia de una serie de factores, y las críticas a la gestión de von der Leyen en sus relaciones con el presidente Trump y al pacto que ambos alcanzaron en Escocia a finales de julio y del que todavía no conocemos todos los detalles.
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Puede que algunos agricultores y ganaderos de Salamanca piensen que lo que está pasando en Francia en estos días no tiene transcendencia para ellos. Nada más lejos de la realidad. Lo que sucede en este país repercutirá en el comercio de productos agroalimentarios, ya que son uno de nuestros principales clientes. Pero lo realmente importante es que nuestros vecinos del norte son una de las potencias de la UE y el Estado miembro que tiene más peso agrario: de ahí que la posición que fijen las autoridades de París en la negociación del nuevo Marco Presupuestario y de la PAC del futuro sea clave para el resultado de ambos procesos y, en consecuencia, para el dinero que pueda llegar en el futuro a los bolsillos de los agricultores y ganaderos, en concepto de ayudas directas a partir de 2028, no solo en ese país, sino también en el resto de los Estados miembros.
En lo que respecta a las «cuestiones comerciales», Macron y sus Gobiernos han sido hasta el momento los más firmes opositores al acuerdo alcanzado con Mercosur, otro de los grandes asuntos del momento tras la presentación por parte de la Comisión Europea de toda la documentación para comenzar el proceso de ratificación. En Francia preocupan mucho las concesiones que se han hecho en el sector del vacuno de carne, sector clave también para la economía agraria de la provincia de Salamanca. El problema no está en esas concesiones concretas, sino en que estas se vienen a sumar a otras anteriores, por lo que las cantidades acumuladas son dignas de tener en cuenta. Y ahora resulta que la Comisión Europea ha planteado este proceso de ratificación justo en unos momentos de crisis en Francia y aprovechando su debilidad. Conclusión: habrá que estar muy atentos a lo que sucede en este país durante los próximos días, dadas las repercusiones que puede haber para el campo de Salamanca.
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