Primero, estamos a la espera de que en alguna de las próximas reuniones del Consejo de Ministros se nombre a la persona que ocupará la Secretaría de Estado de Agricultura y Alimentación, también conocida ya como Secretaría de Estado de «Coros y Danzas», porque, curiosamente, no tendrá las competencias claves sobre agricultura y alimentación. Se trata del segundo puesto en importancia en el organigrama del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, aunque en la práctica, en términos de poder, se quedará muy por detrás de la nueva Secretaría General (de inferior categoría administrativa) de Recursos Agrarios y Seguridad Alimentaria. Se habrá consumado así este contrasentido perpetrado por Luis Planas, en particular, y el Gobierno, en general. En principio debería ser una mujer la que ocupe el puesto de nueva creación, si se quiere mantener una cierta paridad entre los altos cargos del ministerio. La otra condición impuesta por Moncloa y por el PSOE es que tenga un perfil político y guerrero para hacer frente al PP, que cuenta con un gran poder territorial en esta legislatura. En consecuencia, queda descartado Fernando Miranda, a quién estaba destinada, en principio, esa nueva Secretaría de Estado.
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Y, ya, en lo que respecta al PP, va siendo hora de que las huestes agrarias de este grupo político dejen de ser el «Ejército de Pancho Villa» y se ponga un poco de orden. De momento, ya está perfilado el organigrama del PP, como Carmen Funez como vicesecretaria de organización y la exconsejera de Madrid, Paloma Martín, como responsable de la cosa agraria, entre otros cometidos. Marín no parece la más adecuada para estos menesteres agrarios, porque en cuanto sale de las calles Serrano, Velázquez y Génova de Madrid, debe pensar que un poco más allá comienza el campo y se da media vuelta. En el propio PP sustituyen ya las iniciales de su nombre y primer apellido por «pija de Madrid». Pero es lo que hay. Ya se han nombrado a los portavoces en las diferentes comisiones parlamentarias, tanto del Congreso como del Senado. En la Cámara Baja, el portavoz parlamentario de Agricultura será el diputado gaditano Pedro Gallardo, mientras que la palentina Milagros Marcos lo será de Alimentación.
Completado este organigrama, ahora toca que quien corresponda siente a los responsables agrarios populares en el Parlamento Europeo, en el Congreso y en el Senado, y a los consejeros de Agricultura de las diferentes Comunidades Autónomas para poner orden en el caos existente y hacer oposición global de verdad a un Luis Planas bastante debilitado en el Gobierno y en propio PSOE, ya que la que manda es justamente Teresa Ribera, la vice de casi todo, con permiso del ministro de todo, Felix Bolaños. Es verdad que los intereses de cada una de las Comunidades Autónomas son diferentes, pero también tienen componentes comunes. Se impone identificarlos y perfilar una estrategia aprovechando su importante poder territorial. Cosa bien distinta es si lo harán, o seguirán siendo el «Ejército de Pancho Villa».
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