«La campaña de patata cogerá ahora otro ritmo»
Preocupan la palomilla y el mildiu y hay apuesta por el producto nacional en cadenas de distribución
La campaña de patata apenas ha comenzado en la provincia de Salamanca, a diferencia de otros años porque después de un inicio a mediados de julio con desecado de parcelas para situarlas cuanto antes en los lineales, se ha ralentizado y aunque hay arranques, son muy escasos. El motivo es que apenas hay demanda y los precios, bajos, no animan a precipitarse. En otras provincias de Castilla y León sí hay más actividad que en Salamanca, que también espera que se active en las próximas semanas el mercado portugués aunque es una incógnita porque sembró más que la pasada campaña y, además, con compras realizadas en Andalucía.
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Juan Sandonís, presidente de la Interprofesional de la Patata de Castilla y León, había advertido a mediados de julio que «si los agricultores entran en pánico y queman patatas, puede haber un pequeño colapso». De momento, y según reconoce, no ha sucedido: se cosecha en otras provincias de la comunidad pero no en Salamanca, que tiene una alta influencia en el mercado por la alta producción.
Todo puede cambiar en los próximos días o, al menos, en eso confía la Interprofesional. «La campaña cogerá otro ritmo -asegura su presidente- aunque los precios no vayan a ser los de otras campañas». De momento, la patata estima que se vendía de media a principios de esta semana a entre 20 y 23 céntimos el kilo. Si se sostiene a este precio, pese a la competencia de patatas de otras comunidades y exterior, se debe a que este año «nos salva la apuesta por patata nacional de ciertas cadenas de distribución. Están apostando por ella y eso permite que se cubran los costes».
También, al menos de momento, los contratos se respetan en general, según señala, y pide que siga así hasta que finalice al campaña. «Ahora se va acelerar la campaña, va a empezar a haber más demanda, la patata de estación temprana ya va llegando a su fin... Esperemos que se mantengan los precios», añade el presidente de la Interprofesional. En su opinión, es clave que se escalonen los arranques, como está ocurriendo ahora, «y que no desequen repentinamente».
En cuanto a precios en función de variedades, indicó que no hay grandes diferencias, aunque existe más demanda de las de carne blanca. «Hay presión de patata francesa y más superficie sembrada pero, de momento, no afecta notablemente», indica. A finales de agosto augura que la patata de Castilla y León estará en el mercado con la única competencia dentro de España de la patata de Galicia. También confía en que Portugal haya iniciado sus habituales compras en la provincia de Salamanca.
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Preocupa, por otra parte, la sanidad de la patata, con incidencia de mildiu y, sobre todo ahora, de palomilla, con recomendaciones por parte de la Junta de Castilla y León de vigilar y, en el caso necesario, tratar parcelas.
Otra de las preocupaciones es la diferencia de precio entre lo que se le paga al agricultor por la patata (esos 20-23 céntimos el kilo) y lo que se cobra al consumidor en los establecimientos comerciales por esa cantidad, en torno al euro. «Existe una diferencia de precios entre el comercio y el agricultor que no somos capaces de entender y que tiene que disminuir para que pueda aumentar más el consumo de la patata», explica Juan Sandonís.
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