Cinco cosas que jamás debes tirar a la basura... y no lo sabías

El ser humano origina en la actualidad más residuos que nunca. Algunos todavía recordamos la época en la que la poca basura que se generaba en cada casa era orgánica y acababa como alimento de las gallinas o los marranos. No había contenedores porque la leche se iba a buscar en lecheras o cántaros, los ‘tambores’ del detergente se reutilizaban como cajas de juguetes, las galletas no venían envueltas en 20.000 plásticos y el agua se iba a buscar a la fuente o se bebía del grifo. Se seguía la máxima de reutilizar antes de tirar. Sin embargo, el panorama ha cambiado por completo. Todo es de un solo uso y en España se generan cada año 524,5 kilos de residuos por habitante. Una cifra inferior a la media de la Unión Europea, pero muy alarmante. Afortunadamente la conciencia con la separación y el reciclaje es cada vez mayor. Eso no es óbice para seguir insistiendo en este aspecto. Todavía seguimos lanzando al cubo de basura residuos que nunca deberían acabar ahí y que se deben llevar al punto limpio más cercano. Estos son algunos de ellos.

Los pelos aparecen por todos los rincones de una casa, especialmente al peinarnos en el baño. La costumbre de muchas personas es hacer una especie de bola y arrojarla al váter o a la basura. La primera opción es muy peligrosa, ya que los pelos pueden provocar graves atascos en los desagües . Y la segunda, también, ya que los pelos están llenos de nitrógeno. ¿Qué hacer con ellos? Una buena idea es añadirlos a la pila de compost para crear un fertilizante útil y barato que podemos poner en nuestras plantas decorativas no comestibles.

Si un fumador ya perjudica su salud y la de los que están a su alrededor, la guinda la pone tirando sus encendedores usados donde no debe. Aunque el gas esté prácticamente agotado, siempre queda algún resto que lo convierte en un producto muy inflamable. Por si fuera poco, el plástico con el que están fabricados es altamente contaminante. No podemos por tanto tirarlos al cubo de la basura ni tampoco al contenedor amarillo. Su lugar está en un punto limpio donde harán una gestión responsable de este residuo.

En muchas casas se han popularizado las jarras Brita, una forma de consumir agua del grifo filtrada y evitar así que se generen más residuos plásticos. Sin embargo, ese comportamiento responsable se va al traste si tiramos sus filtros a la basura. ¿Dónde tiramos los filtros Brita? La empresa cuenta con un servio gratuito para enviar estos residuos y que ellos mismos los reciclen. Tan solo hay que acumular seis o más y descargar el cupón de envío que se encuentra en su página web.

Uno de los residuos que mejor proceso de reciclaje tienen son las latas de refrescos. Por este motivo jamás debemos arrojarlas a la bolsa de la basura orgánica y las debemos introducir en el contenedor amarillo. Las latas están fabricadas en aluminio y reciclar una ya usada es más barato que fabricar una nueva. Este proceso es además muy breve. Se puede dar el caso de que arrojemos una lata al contenedor amarillo y dos meses después vuelva a estar en la estantería del supermercado.

Cuando de vez en cuando hacemos limpieza en casa suelen aparecer radiografías en un sobre que hemos guardado, pero que ya no sirven de nada. ¿Qué hacemos con ellas? El primer impulso es tirarlas a la basura. Craso error. Hay que llevarlas a un punto limpio o, en su defecto, a una farmacia. La ONG Farmacéuticos sin Fronteras lleva desde 1995 recogiendo radiografías y con el dinero que obtiene de su reciclaje ha conseguido financiar algunos de sus proyectos.

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