El impacto de internet en el sector funerario

Según las cifras oficiales, desde el inicio de la pandemia hasta el 4 de octubre del 2021 se han registrado 86.527 fallecimientos por coronavirus en el territorio español. El aumento de la mortalidad y las restricciones de desplazamiento en el país impulsaron un cambio significativo en el sector funerario, que tuvo que recurrir a las nuevas tecnologías para satisfacer la demanda.

Antes de la pandemia existían pocas funerarias que ofrecían sus servicios de forma 100% online. La primera funeraria en Salamanca que montó un sitio web para ayudar a las familias de los difuntos fue eFuneraria. Esta compañía es reconocida por ofrecer un servicio de calidad y poseer la mejor tarifa funeraria del mercado.

¿Qué servicios ofrecían las funerarias online antes de la pandemia?

Antes de la pandemia, las funerarias online les permitían a los familiares del fallecido presupuestar y contratar servicios fúnebres personalizados a distancia. Mediante la plataforma podían elegir si iban a enterrar o cremar al difunto, el tipo de ataúd o féretro que deseaban comprar, o la urna que querían adquirir. También podían comprar arreglos florales y encargar lápidas.

¿Es más económico el entierro o la cremación?

El costo del entierro y la cremación depende de múltiples factores. El principal es la zona geográfica. En las ciudades con alta densidad demográfica la compra y el alquiler de los nichos suele ser muy costosa.

Por lo tanto, la cremación es una opción más accesible. Actualmente su precio oscila entre los 2500 y los 3000 euros. Sin embargo, si ya se dispone de la propiedad de un nicho, es mejor aprovechar ese lugar.

La cremación consiste en la incineración del cuerpo del difunto. Se lleva a cabo luego de un mínimo de 24 horas desde que tuvo lugar el fallecimiento y los familiares no están obligados a presenciarla.

Si bien en algunas oportunidades los crematorios hacen entrega inmediata de las cenizas, generalmente se llevan al día siguiente al domicilio consignado en la solicitud. Cuando la dirección se ubica fuera del territorio nacional, se debe contratar el servicio de repatriación.

La familia tiene el derecho de decidir libremente qué hacer con ellas. Puede conservarlas en una urna, repartirlas entre los seres queridos, colocarlas en relicarios o joyería, o esparcirlas en algún lugar en un acto simbólico.

Si los familiares no quieren la custodia de las cenizas, deben firmar un documento de renuncia. En ese caso, el crematorio las tratará como residuos comunes y procederá a deshacerse de ellas.

Debido a las restricciones de aforo y los impedimentos de traslado, muchas personas no podían asistir a las ceremonias para despedirse de sus seres queridos. Por ese motivo, durante la pandemia las funerarias online comenzaron a ofrecer algunos servicios adicionales.

Las funerarias online comenzaron a ofrecer el servicio de streaming. Transmiten en vivo la misa, el velorio y el funeral del difunto para que sus allegados pueden estar presentes virtualmente. Es una forma de manifestar su apoyo a los familiares cercanos, sin importar su localización física.

En algunos casos las familias organizaban discursos emotivos para honrar a la víctima y querían conservar ese recuerdo. Por lo tanto, las funerarias online decidieron empezar a grabar los eventos y dar una copia a quienes la solicitaban.

La muerte ha dejado de ser un tema tabú y las herramientas digitales cada día se encuentran más presentes en el sector funerario. Algunos cementerios ofrecen visitas virtuales, se comenzaron a fabricar lápidas con códigos QR que suministran información sobre el difunto al ser escaneados y se han creado comunidades en línea para transitar por el proceso de duelo de forma conjunta.

Por otro lado, la confección de testamentos virtuales es cada vez más frecuente. En estos documentos con validez legal se consignan datos de seguridad importantes tales como los usuarios y las contraseñas de ciertas plataformas. De esta manera la persona se asegura de que los herederos tengan acceso a ellas cuando muera.

El rastro en Internet que ha dejado el difunto se denomina huella digital. Si la persona no ha dejado instrucciones sobre qué hacer con sus datos, estos pueden ser eliminados por un familiar de forma directa o por medio de una empresa especializada.

El proceso puede ser muy tedioso, ya que la baja de cada cuenta o perfil debe solicitarse de forma independiente. Dropbox, Paypal, Instagram, LinkedIn, Google y Twitter exigen el envío del certificado de defunción y un documento que acredite el vínculo del solicitante con el difunto para eliminar las cuentas.

La red social Facebook también brinda la alternativa de convertir el perfil en una cuenta conmemorativa. Si se selecciona esta opción, se podrá conservar el contenido compartido por la persona que ha fallecido y seguirá siendo de acceso público.